La Semana Santa es uno de los momentos más esperados por todos en nuestro país. Para algunos, los creyentes, es una época del año muy especial en la que, durante varios días, se recuerda de forma solemne la pasión de Jesucristo. Para otros, en cambio, supone la oportunidad de disfrutar de unos días de descanso y relax, a mitad de camino entre el las navidades y la llegada de las vacaciones de verano.
Sin embargo, existe un elemento que une a unos y a otros, del que todos, o la gran mayoría, disfrutan: la gastronomía. Y, en mayor medida, los dulces, que cobran un especial protagonismo entre niños y adultos, aunque, como es obvio, no son precisamente unos productos muy aconsejables si se analizan desde un punto de vista nutricional.
A continuación, explicamos cuántas calorías contienen algunos de los principales dulces que se consumen durante este periodo.
Buñuelos
Hay muchos tipos de buñuelos que se preparan en Semana Santa, como los buñuelos de viento, los buñuelos de Águilas y los buñuelos de calabaza. Una de las recetas más tradicionales se elabora con una masa a base de harina y huevo con vino blanco, un cítrico y anís. Sus ingredientes y la forma en que se elabora, frito, hacen que cada unidad aporte entre 100 y 150 kilocalorías, una cantidad bastante alta que hace recomendable no tomar demasiados si se quiere cuidar la salud.
Torrijas
Las torrijas tienen como ingrediente principal el pan frito, que, previamente, ha sido rebozado en huevo y empapado en leche, almíbar o vino. El resultado final de este contundente postre es de unas 200 calorías por rebanada de 100 gramos, que puede llegar a las 500, según el tamaño. Esto, obviamente, supone una inyección muy importante de grasas e hidratos de carbono, por lo que se recomienda un consumo moderado.
Leche frita
La leche frita al igual que las torrijas, es otro de los dulces más populares en Semana Santa. Con ellas, tiene algunas similitudes, pero la principal diferencia es que no se necesita pan. Y que su elaboración es algo más compleja. A su favor, encontramos que los ingredientes son muy comunes y fáciles de conseguir, entre los cuales, leche, azúcar, harina y aceite o mantequilla. El resultado de esta fritura es que cada ración puede superar con facilidad las 250 kilocalorías.
Roscos de Semana Santa
Estos deliciosos dulces fritos son uno de los más típicos de la gastronomía andaluza. Los ingredientes que suelen emplearse para estos roscos son harina, huevos y toda la masa aromatizada con anís, clavo o canela. En comparación con otros, una unidad posee menos calorías, algo que se explica porque su tamaño es menor, aunque puede llegar a alcanzar las 380 kilocalorías por cada 100 gramos. Por ello, tomar uno o dos no es excesivo, pero eso sí, hay que tener en cuenta que posee un alto nivel de grasas, que puede llegar a los 20 gramos por cada 100.
Mona de pascua
Este dulce es muy típico en la Comunidad Valenciana, Murcia, Cataluña, Aragón y Castilla-La Mancha, aunque en cada una de ellas puede tener sus propias variedades. Su particularidad es que se suele comer cuando finaliza la cuaresma. La mona de pascua, en realidad, no es más que un pan dulce, de miga esponjosa que se decora con azúcar y al que se le añade huevo cocido en el centro.
De forma general, se elabora con harina de trigo refinada, azúcar, levadura, huevo y aceite. Al contrario que los anteriores, no es un producto frito, sino cocinado al horno. El resultado calórico final es de 1.800 kilocalorías por cada pieza. Sin embargo, depende del tamaño, por lo que, en realidad, cuando son grandes es poco probable que una persona se coma una entera. En cambio, una ración media puede representar unas 300 Kcal.