Un 30 por ciento de los adolescentes ha consumido mayor cantidad de frutas, verduras y legumbres durante el periodo de confinamiento obligatorio para frenar el coronavirus.
Este es uno de los resultados del VII Observatorio Nestlé sobre Hábitos Nutricionales y Estilos de Vida de las Familias, que en esta edición anual aborda "La alimentación de las familias durante el confinamiento", con el foco puesto en hogares con hijos adolescentes entre 15 y 18 años.
El estudio ha sido realizado por la plataforma de Investigación de Mercados Zinklar, a partir de una muestra de 200 padres y 200 hijos adolescentes, y ha diseccionado aspectos de nutrición, cocina y hábitos como el ejercicio físico o el sueño de ambos grupos durante el confinamiento.
Si el dato del aumento de consumo de verduras o frutas es saludable, el incremento de consumo en un 50 por ciento de las familias en dulces y snacks no lo es; la mayoría ha tomado más de estos productos entre horas.
Un 40 por ciento de los jóvenes ha mejorado su hidratación y ha bebido más agua, mientras que los padres no han manifestado cambios significativos en este sentido. Un 22 % de los adultos reconoce que ha bebido más vino y un 16 por ciento más cerveza; un 20 por ciento de los encuestados ha tomado más café, y un 35 % más chocolate.
Hasta un 30 por ciento de los adolescentes se ha estrenado en la cocina haciendo platos como tortilla de patatas, postres, arroces y pastas con recetas de elaboración media-baja.
Según la encuesta, padres y madres han seguido encargándose de la planificación de los menús, ocupándose de las comidas principales e invirtiendo en ello más tiempo que antes. Un 36 por ciento de los adolescentes ha retrasado los horarios de las comidas.
En ellas, la mayoría de los jóvenes, además de ver TV, han usado el móvil para guasapear y 1 de cada 3 ha escuchado música. Los adultos han dedicado más el tiempo de la comida a ver televisión y conversar con quienes compartían mesa.
Un 27 % de los adolescentes ha realizado más actividad física durante el confinamiento. Los que hacían deporte han incrementado la frecuencia semanal y el grupo de quienes no hacían nada de ejercicio ha disminuido.
Tanto en los adultos como en los adolescentes, 1 de cada 10 ha ganado entre 1 y 2 kilos de peso. El 44 % de los adultos ha engordado de 1 a 4 kilos, mientras que un 30 por ciento de los adolescentes ha adelgazado.
En cuanto al sueño, más de la mitad de los adolescentes ha tenido problemas para dormir y un 75 % ha retrasado la hora de acostarse y levantarse, pero un 44 % ha dormido entre 30 minutos y tres horas más al día. La mitad de los padres ha mantenido sus horarios de sueño habituales y la otra mitad los ha retrasado, sin variar el número de horas de descanso.