Otro producto enormemente beneficiado es el pescado: aunque en España se suele preferir el fresco, los filetes y rodajas que encontramos en la sección de congelados, de captura europea, suele haber recibido un tratamiento en el propio barco. Esta refrigeración inmediata lo mantiene a -40ºC desde el momento de la pesca, preservando sus propiedades y ayudando a reducir el riesgo de parásitos como el anisakis siempre y cuándo se mantenga la indispensable cadena de frío.
Sin embargo, los ultracongelados cumplen al extremo una premisa que se aplica a cualquier producto del supermercado: cuánto más sencillo sea, es decir, cuanto más corta sea su lista de ingredientes -verduras al natural, filetes de pescado-, mayor seguridad tendremos de estar ante una materia prima de calidad. Desde el momento en el que nos encontramos con ultraprocesados, es decir, productos que mezclan muchos elementos, mayor será la probabilidad de que nos hayan colado ingredientes de peor calidad o aditivos insanos que rebajen costes para el productor.