Que cada persona es un mundo es algo que vamos teniendo cada vez más claro, según pasan los años. No todos tenemos siempre las mismas necesidades ni los mismos quehaceres ni las mismas motivaciones. Como diríamos en España, tirando del viejo y sabio refranero, "cada casa es un mundo y cada persona un pueblo". Y en cosas de alimentación pasa exactamente lo mismo.
Es cierto que, como en la vida misma, también en materia de nutrición existen ciertas normas y reglas que hay que seguir para poder vivir en armonía. Así, si queremos llevar una alimentación sana que cuide nuestra salud y disminuya el riesgo de enfermedades, es importante seguir ciertos patrones y recomendaciones, como por ejemplo los que marca la dieta mediterránea.
Pero hay ciertos componentes que en ocasiones y según las particularidades de cada cual debemos tener en cuenta. Uno ellos es el número de comidas que hagamos a lo largo del día. ¿Es necesario hacer siempre cinco comidas al día, como marcan algunas recomendaciones?
Lo importante
Las pautas de las guías de alimentación aconsejan hacer entre cuatro y cinco comidas al día, de hecho siempre hemos oído y así se ha afirmado que es mejor hacer esas cinco comidas diarias: desayuno, aperitivo a media mañana o tentempié, comida, merienda y cena.
Pero en la actualidad no es necesario hacer esas cinco comidas diarias sino que "el número de ingestas debe determinarse en función de multitud de factores individuales como el hambre, posibilidad de ingestas entre horas, qué tomaríamos en esas ingestas, etc". No se trata tanto de la cantidad sino de la calidad de nuestras comidas, del total de los alimentos que tomemos a lo largo del día y de lo equilibrada y completa que sea nuestra dieta.
Por ejemplo, no todos tenemos el mismo nivel de saciedad y puede que desde la comida hasta la cena no tengamos hambre y no necesitemos merendar. Si lo hacemos, es importante escoger productos de calidad, es decir, "picotear" de forma saludable y no tomar alimentos de mala calidad como patatas fritas u otros snack salados como en ocasiones, solemos hacer.
En ocasiones, hacer tres comidas al día en vez de cinco, "lejos de estar mal, puede ser hasta beneficioso", afirma a EL ESPAÑOL María Pastor, bióloga sanitaria y nutricionista, colegiada del Colegio Profesional de Dietistas-Nutricionistas de la Comunidad de Madrid (CODINMA). "El prolongar el tiempo entre una toma y la siguiente, hace que el trabajo del complejo motor migratorio (es decir, lo que para entendernos podríamos llamar "el barrido de los restos de comida’’ por el tracto gastrointestinal), sea más eficaz".
Ahora bien, como hemos dicho antes, cada persona es un mundo. "Y lo que para unos es estupendo, para otros es sinónimo de acumular un hambre voraz a lo largo del día y saquear la nevera y/o despensa al llegar a casa de noche", explica la experta haciendo una particular reflexión: "¿es mejor hacer una merienda porque sí, y tomar una barrita de cereales llena de azúcares porque la publicidad así me lo ha metido en la cabeza? Rotundamente no". O bien "¿puedo cubrir mejor los requerimientos nutricionales que tengo, incluyendo una fruta y frutos secos (por ejemplo) entre horas? ¡Genial! entonces incluye esa toma".
Lo realmente importante es conocernos y saber escuchar a nuestro cuerpo. No hacer las cosas porque sí. Por ello, y como dice Pastor, es mejor "centrarnos en dar a nuestro cuerpo nutrientes de calidad y asegurar una ingesta adecuada y suficiente, ya sea en dos, tres o encinco comidas. Hay que aprender a ser flexible escuchándonos. Quizá un día queramos merendar, y otro no. Y estará bien".
Proteínas y vitaminas
La clave por tanto es que a lo largo de todo el día, en las diferentes ingestas que hagamos, lleguemos a los nutrientes necesarios que necesita nuestro organismo para funcionar correctamente. En el caso de que solo necesitemos hacer tres comidas en el día, porque así nos lo pida el cuerpo, "es importante que sean completas nutricionalmente", afirma Pastor.
Para conseguir este objetivo, "es interesante que las tres comidas sean, entre otras cosas, fuente de proteínas y vitaminas", sostiene. Por ejemplo, pensemos en las frutas y las verduras: ¿cómo podemos cubrir en tres comidas las cinco raciones de frutas y verduras que necesitamos ingerir a lo largo del día? Según aconseja esta experta, podemos en este caso por ejemplo, desayunar fruta, y tomar una ración de verdura en la comida y otra ración en la cena. Y de postre, en ambas, comida y cena, tomar una pieza de fruta.
En el caso de las proteínas, si queremos hacer tres comidas al día, igualmente aconseja incluirlas en las tres ingestas. Por tanto, no sería necesario hacer esas cinco comidas al día siempre y cuando incluyamos todos los alimentos básicos que debemos tomar siguiendo el patrón de una dieta saludable, y cumplamos con todas nuestras necesidades de calorías y nutrientes.