En las tiendas y en los supermercados es posible encontrar sartenes de materiales muy diferentes. Hoy en día se hacen de acero inoxidable, de titanio o, incluso, de cerámica. Sin embargo, las clásicas sartenes de hierro siguen siendo la opción favorita de muchos chefs que trabajan en España.
De todas formas, a pesar de sus múltiples usos y posibles ventajas, el hierro fundido no siempre es la mejor opción a la hora de cocinar según qué alimentos. Algunos reunen ciertas características que pueden dañar este material y, en consecuencia, poner en riesgo la seguridad de nuestras elaboraciónes.
En este artículo de EL ESPAÑOL repasaremos cuatro tipos de alimentos que no deberíamos cocinar con una sartén de hierro si no queremos perjudicar el material y la propia comida.
Alimentos que desprenden olores
Algunos alimentos tienen la peculiar característica de dejar un olor denso, o incluso mal olor, cuando se cocinan en sartén: ajos, pimientos, quesos o, incluso, algunos tipos de pescado pueden dejar un desagradable recuerdo aromático en la sartén. Un recuerdo que cobrará importancia la próxima vez que se use, a pesar de haberla pasado previamente por el fregadero.
En este caso, es aconsejable dejar la sartén dentro del horno a unos 200 ºC durante diez minutos. Con este sencillo truco casero pueden eliminarse los olores. Aunque, en este caso, la mejor opción sería no usar la sartén de hierro. Las sartenes antiadherentes, por su parte, podrían ser una opción a tener en cuenta.
Huevos y alimentos pegajosos
Una sartén bien sazonada, o en el caso de España, con una buena dosis de aceite de oliva, no debería causar mayores problemas a la hora de freír un huevo. Sin embargo, cuando la sartén es nueva, esto podría no ser suficiente: lo más probable es que el huevo, y otros alimentos pegajosos, hagan gala de sus características estructurales y acaben pegándose a la sartén.
En este caso, las sartenes antiadherentes también serían una buena opción. O bien, arriesgarse y acabar despegando el huevo por partes.
Algunos pescados
Aunque en el caso de cocinar carne no suele haber mayores problemas con la sartén de hierro fundido, no es el mismo caso que cocinar una trucha o una tilapia. Estos pescados son algo "delicados" y tienden a quedarse pegados fácilmente a estas sartenes.
Una vez más, las sartenes antiadherentes serían una buena opción. Aunque, eso sí, cabe recordar que no todos los pescados son iguales: el salmón o el atún, por poner algunos ejemplos, son pescados carnosos que soportan mucho mejor el calor y se pegan con mayor dificultad.
Alimentos ácidos
Algunos alimentos ácidos, como los tomates o los limones, tienen el dudoso honor de haberse relacionado con algunas creencias que algunos tachan de mito: su cocinado en sartén de hierro podría provocar filtraciones hacia el metal y acabar deteriorando el hierro.
Así mismo, estos alimentos son capaces de decolorar la sartén, aunque en este caso la solución sería usar bicarbonato de sodio para solucionar el problema.
Para finalizar, cabe puntualizar que todos estos alimentos solo deben evitarse en caso de usar sartenes tradicionales de hierro fundido; si se posee una sartén de hierro revestida de esmalte o de una capa antiadherente, se pueden cocinar todos estos alimentos con total tranquilidad.