El pasado viernes 18 de diciembre, el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Enrique Ruiz Escudero, explicaba las medidas a tomar de cara a la Navidad y anunciaba las nuevas zonas básicas de salud confinadas.
Para ello, se apoyaba en la incidencia acumulada en los últimos 14 días, por encima de 400 en las zonas con restricciones y cifrada en 214,5 para el total de la Comunidad de Madrid.
Horas después, era el Ministerio de Sanidad el que hacía públicos sus datos y no coincidían. Según Sanidad y el instituto Carlos III, la incidencia acumulada de Madrid ese mismo día era de 276,99; la segunda más alta de toda España y la primera de la península. ¿Cómo era posible una variación así?
De hecho, si uno se pone a mirar los casos fechados en los distintos informes de las dos administraciones, los números no cuadran por ningún lado. En los catorce días anteriores al citado viernes, Sanidad recoge 18.457 casos para la comunidad de Madrid, de los cuales 11.465 aparecen fechados en los últimos 7 días para una incidencia semanal de 172,06 casos por 100.000 habitantes, de nuevo superada tan solo por Baleares.
Sin embargo, basta un vistazo rápido al informe diario de la Comunidad de Madrid para ver que sus cifras son muy distintas. Según la Consejería, en los 14 días anteriores se habían contabilizado 11.760 casos, de los cuales 6.927 pertenecían a la semana anterior. En resumen, el Ministerio estaba publicando un total de casos en fechas recientes que suponían un 60,98% y un 65,51% más respectivamente con respecto al de la Comunidad.
Esta doble contabilidad es chocante y por supuesto ha motivado las habituales reacciones exageradas según la filiación política. Para la opinión pública de derechas, es el Gobierno de la nación el que está inflando a propósito los datos de Madrid para estigmatizarla, añadiendo un porcentaje artificial de casos a los últimos días. Para la opinión pública de izquierdas, es la Comunidad de Madrid la que está ocultando casos siguiendo la estrategia de fecharlos más allá de los últimos 14 días para que no entren en el cálculo de la incidencia acumulada.
Aunque es verdad que la diferencia es excesiva en tiempos de tests de antígenos, cuando la diferencia entre la toma de la prueba y el resultado de la misma debería ser muy escaso, lo más probable es que la explicación no se deba a una estrategia de maldad deliberada. Como dice el usuario de Twitter Jorge GD, conocido por sus minuciosos análisis de la serie histórica por comunidades, “detrás de estos datos hay funcionarios y los funcionarios son de izquierdas, de derechas e incluso del Betis”.
Aunque desde la consejería de Sanidad dicen desconocer por qué la diferencia es tan grande y no tienen una explicación clara al respecto, sí apuntan a una posibilidad que tiene sentido aunque quizá no lo explique todo por sí solo: la diferencia de criterio a la hora de fechar un caso.
Como se puede ver en el gráfico superior, la Comunidad de Madrid presenta los datos según la toma de la muestra, mientras que el Ministerio de Sanidad lo hace según la notificación del positivo.
En otras palabras, si yo me pongo malo el 11 de diciembre, voy al médico el 13, me hacen el test el 14 y el resultado -por PCR, pongamos- me lo dan el 16, mi caso aparecerá fechado de tres maneras distintas: Madrid lo meterá el 14 de diciembre, Sanidad en su PDF lo meterá el 16… y el Carlos III lo apuntará al día 11, el de inicio de síntomas. Luego, cada uno calculará la IA según su criterio y su algoritmo y obviamente no les saldrá lo mismo.
A todo esto hay que añadirle algo muy terrenal: aunque la fuente es la misma, no tiene por qué dar los datos a la misma velocidad. La propia consejería reconocía dentro de su extrañeza que ambos datos los meten ellos, pero en plataformas distintas. Ahora bien, no necesariamente tienen que meterse a la vez.
En un mundo ideal sería así pero sabemos que, en el mundo real, el trabajo se acumula y da tiempo para lo que da tiempo. Todas las comunidades, diría que sin excepción, llevan una contabilidad más precisa de sus propios datos, actualizándola al instante, y les cuesta un poco más meter los datos en RENAVE, la plataforma del Ministerio.
Eso es lo que ha hecho que la cifra de hospitalizados y fallecidos publicada en el PDF no haya servido de nada durante meses hasta que Sanidad se decidió a pedir los datos directamente a los hospitales.
Esto podría explicar la divergencia, aunque no el hecho de que sistemáticamente la cifra del Ministerio sea mayor que el de la Consejería en las fechas más recientes. La verdad es que es extraño y no tiene explicación fácil. Tampoco ayuda a la hora de comunicar los datos y que la gente los entienda que cada uno publique la cifra del día anterior (recuerden: por toma de prueba en el caso de la Comunidad y por diagnóstico en el caso del ministerio) y una sea continuamente muy inferior a la otra… cuando curiosamente el número de casos acumulados sí es más o menos similar.
En la última semana, el Ministerio ha añadido 12.746 nuevos casos al acumulado de Madrid, mientras que la Comunidad ha hecho lo propio con 13.410 nuevos contagios. En resumen, no es que Madrid notifique de menos, de hecho notifica de más, pero sus casos tienen fecha más antigua: durante todos estos días, la cifra de casos fechados el día anterior que da la Comunidad suele ser un poco más de la mitad que la que da el ministerio.
De nuevo, esto podría justificarse por el diferente criterio a la hora de poner fecha a un caso, pero solo en parte. Realmente, es una diferencia demasiado grande en tiempos en los que se hacen tantísimas pruebas de antígenos y los resultados son por tanto inmediatos.
No parece normal que a finales de diciembre los laboratorios sigan notificando casos con toma de muestra en abril, marzo o incluso en febrero. Puede haber casos puntuales pero no de forma constante.
Al respecto, Elena Angladas, directora de salud pública de la comunidad, afirmó en rueda de prensa que puede estar habiendo un problema con el algoritmo que fecha los casos por primera consulta. Aunque Angladas no elaboró demasiado en la cuestión y tampoco en la Consejería pudieron dar a este periódico una explicación precisa, cabe la posibilidad de que haya casos recientes que al introducirlos en la base de datos se vinculen a un expediente anterior abierto en algún momento de la pandemia, por lejano que sea.
En otras palabras, que si yo me puse malo en marzo y fui al médico de familia y me abrió un expediente Covid a la toma de esa primera prueba, todos los resultados posteriores se vincularían a la fecha de esa toma.
Esto podría explicar el hecho de que, aunque los casos notificados cada semana sean prácticamente los mismos y aunque en rigor es más útil fecharlos por toma de prueba al ser una fecha más cercana al contagio, exista un número determinado de casos, exiguo -el 85% de las cifras diarias de la Comunidad consolidan al quinto día-, que se estén fechando erróneamente.
O eso o hay una conspiración de alto alcance por una de las dos partes para hacerse trampas al solitario. Quien prefiera regodearse con esa hipótesis, en realidad no necesitaba ni leer el artículo. Las cosas, insisto, no suelen funcionar así, pero allá cada uno con sus prejuicios. Supongo que en algún caso pensar mal es acertar.
Por si a alguien le faltaba algo de confusión en el asunto, merece la pena comentar las cifras del informe epidemiólogo semanal de la Comunidad de Madrid, que no especifica cuándo fecha por toma, cuando por diagnóstico y cuándo por consulta o incluso síntomas. Es un tanto ambiguo al respecto.
El caso es que en su última publicación, del pasado martes 15 de diciembre, da para los 14 días comprendidos entre el 30 de noviembre y el 13 de diciembre un total de 14.294 casos detectados (7.672 en los siete anteriores).
Como quiera que la fecha de corte es el 14 de diciembre, ese día el informe diario de la Comunidad de Madrid reflejaba un total acumulado de 9.806 casos (4.555 en 7 días). Mientras, el Ministerio reflejaba un total de 15.141 en catorce días y 7.534 en siete, variaciones que entran dentro de lo razonable y que pueden tener que ver con la hora misma del corte. Sobre los datos que aparecen en los informes diarios, imposible aclarar nada más. Un tanto desconcertante en el peor momento.