Las semanas de Navidad en España no podían culminar de otra manera: con un buen pedazo de roscón de Reyes y un tazón de chocolate. Este bollo tan tradicional es una auténtica bomba de azúcares, mantequilla y harinas refinadas, pero —¡qué demonios!— lo comemos sólo una vez al año. Si durante el resto de meses basamos nuestra dieta en las verduras y las frutas, comemos legumbres, frutos secos y pescados y reducimos la carne roja y procesada, podemos permitirnos este capricho.
Así que ya que nos vamos a desmelenar durante el Día de Reyes debemos tener en cuenta tres consejos: el primero es que deberíamos comer roscón sólo en Reyes, el segundo, que lo hagamos con moderación y, el tercero, que el mejor es el que cocinamos nosotros mismos porque controlamos la cantidad de azúcar y grasa que ponemos. Ahora bien, ya sea por tradición o por torpeza a la hora de enfrentarse a una receta de repostería, la mayoría solemos comprarlos.
Está claro que como el roscón artesanal de nuestra panadería de barrio no vamos a encontrar otro igual. Sin embargo, los grandes supermercados se han apuntado a venderlos y lo hacen desde muchas semanas antes de Reyes. Como a muchos de nosotros se nos va a olvidar encargar el nuestro en la panadería y lo vamos a echar en el carrito mientras hacemos nuestra compra habitual en el súper, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha elaborado una lista con los mejores que podríamos comprar.