Encontrar el momento ideal para hacer ejercicio suele ser una excusa habitual entre los habitantes de España, aunque probablemente es una forma de pensar generalizada en todo el mundo: los horarios de trabajo y las mil y una ocupaciones de la vida moderna dejan poco margen de maniobra en la agenda cotidiana.
Sin embargo, si se es capaz de encontrar un hueco para la actividad física, los estudios ya han descubierto cuándo sería el mejor momento: da igual la hora del día, pero debe ser siempre la misma.
Así lo sugirió un estudio llevado a cabo por los investigadores de la Facultad de Medicina Brown Alpert de los Estados Unidos del año 2019. Según este trabajo, no importa si se realiza ejercicio por la mañana o por la tarde si lo que se busca es mantener o perder peso: lo importante es la constancia y mantener un horario fijo.
Actualmente las nuevas guías de actividad física del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los EE.UU. sugieren que habría que realizar, como mínimo, dos horas y media de actividad física moderada a la semana para mantenerse saludable, abogando por realizar al menos 10 minutos de ejercicio en cada sesión, aunque acumulables durante el día: mejor hacer algo que nada.
Si se está ya en forma, cumplir este pacto de mínimos en cuanto a tiempo de ejercicio se refiere no suele ser complicado, pero no son pocos los individuos que tienen dificultades para lograrlo. De hecho, mantener o bajar el peso corporal suele ser el obstáculo más importante de todos.
Así pues, los investigadores de Brown Alpert analizaron los resultados de una encuesta sobre actividad física realizada a 375 personas que realizaban ejercicio con el objetivo de perder peso. En este caso, se identificó una significativa relación entre un nivel de ejercicio moderado o intenso, siempre realizado a la misma hora, y la cantidad de tiempo que se dedicaba a hacer ejercicio.
En total, la mitad de los encuestados realizaba ejercicio por la maána, lo cual podría indicar que la actividad física debería realizarse preferiblemente durante este horario, según habrían sugerido también estudios anteriores. Sin embargo, en el estudio actual se sugiere que esta preferencia por la regularidad se debería a la forma en la que cada uno se organiza el día.
La clave del sistema no sería la hora en sí, sino el hecho de que se realice de forma automática. Es decir, que no deba "encajarse" el ejercicio físico dentro de una programación diaria, de forma obligada, sino que sea algo que fluya y sea fácil dentro del día a día: si se intenta pensar de forma activa, es mucho más probable que se reduzca el tiempo que se dedica al ejercicio total.
Así pues, según los investigadores, el secreto sería asociar el ejercicio con alguna señal mental preexistente. Es decir, que sea un evento programado más del día a día, siempre durante el mismo horario, como una actividad más dentro de la agenda cotidiana: si se debe encajar cada día de una forma, motivarse para realizar ejercicio será mucho más complicado.
Además, también sugieren que hacer ejercicio de forma repetida en el mismo lugar también ayudaría a establecer una mejor relación con la actividad física, basándose en los resultados de la encuesta.
Aún así, recuerdan, dado que sus resultados se basan precisamente en una encuesta autoinformada, la información puede llegar hasta cierto punto. No se pueden descatar otras motivaciones individualizadas de cada individuo, más allá del horario fijo o un lugar concreto para realizar ejercicio. No se podría descartar sí, realmente, existe una hora específica mejor que otra, cuando alguien va a empezar a hacer ejercicio por primera vez.
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