El plátano es una de las frutas que goza de una mayor popularidad, tanto en España como en el resto del mundo. Su dulce sabor, su elevado contenido en azúcares saludables y, sobre todo, el aporte de potasio que realiza a nuestra dieta hacen que este alimento tenga un perfil nutricional con innumerables beneficios para nuestra salud. Uno de ellos es la prevención de la obesidad y el sobrepeso debido a su alto contenido en fibra y la capacidad saciante que posee. Por esta razón, puede integrarse en cualquier dieta de adelgazamiento que se precie.
Sin embargo, lo que no mucha gente sabe es que los plátanos son radiactivos. Como lo leen. El potasio es, tal y como ya explicamos en EL ESPAÑOL, "un electrolito imprescindible para que nuestro organismo realice varias de sus funciones vitales". De hecho, está directamente relacionado con nuestro corazón, ya que del correcto nivel del mismo en nuestra sangre, dentro de unos parámetros determinados, dependerá el mantenimiento de la frecuencia cardiaca. Pero no sólo eso, el potasio está implicado en el movimiento muscular, la reacción de los nervios y puede ayudar a reducir el riesgo de hipertensión.
José Miguel Mulet, profesor de Biotecnología de la Universidad Politécnica de Valencia y divulgador científico, aborda las particularidades de esta fruta en su libro ¿Qué es comer sano? (Destino, 2018). Tal y como explica Mulet, la razón por la que tenistas como Rafa Nadal se atiborran a plátanos no es sólo su aporte de energía, sino que "para prevenir calambres derivados de un esfuerzo prolongado es bueno un suplemento de potasio, y el plátano es la mejor fuente natural de potasio".
Según Mulet, el hecho de que el plátano sea una de las mejores fuentes de potasio de la dieta explica también que sea radiactivo. ¿En qué medida? Hasta el punto de que se puede medir su radiactividad. "El potasio en la naturaleza tiene un 0,0117% de un isótopo radiactivo, el potasio 40, pero la dosis no es preocupante ni peligrosa", escribe Mulet. "Comerte un plátano al día representa ingerir una radiactividad 60 veces menor que la radiactividad que recibes simplemente por vivir en la Tierra, procedente de fuentes naturales (ya sea del suelo o de los rayos cósmicos provenientes del espacio de la atmósfera no frena)".
En realidad, el plátano no es el único alimento que es una buena fuente de potasio. Algunos frutos secos como los pistachos no sólo destacan por la cantidad de grasas saludables que aportan a la dieta o su cantidad de fibra, sino que también son ricos en este mineral, en mayor medida si cabe que el plátano. En concreto, en 100 gramos de pistachos podemos llegar a encontrar unos 350 miligramos de potasio. Ocurre lo mismo con las patatas, que aportan alrededor de 570 miligramos, o con las espinacas, que tienen 423 miligramos de este mineral.
El plátano es la fruta más rica en azúcar que podemos encontrar en el supermercado. Así, cuando está maduro, su contenido en carbohidratos puede llegar a ser de hasta el 20% del total, aunque el término medio es encontrar 15 gramos ¿Por qué a pesar de todo no engorda? Porque el azúcar que se encuentra dentro de la matriz de la fruta es saludable y totalmente distinto al azúcar libre que tienen por ejemplo los refrescos. Al comernos una fruta no sólo estamos ingiriendo la fructosa, sino que también tomamos una importante cantidad de vitaminas, minerales y fibra, que hacen de estas piezas un alimento no sólo saludable, sino también muy saciante que evita que queramos seguir comiendo.