Los ácidos grasos omega-3 son relativamente fáciles de obtener en poblaciones como España, dada su riqueza en múltiples tipos de pescado y marisco que podemos adquirir tanto en las grandes superficies como en los mercados de barrio.
Desde hace años, múltiples estudios han ido confirmando que una suficiente cantidad de omega-3 dietético podría reducir el riesgo de múltiples tipos de enfermedades, sobre todo en el caso de enfermedad cardíaca, y más si cabe en aquellas personas que ya han sufrido algún tipo de evento cardio o cerebrovascular.
Ahora, un nuevo estudio publicado en Nature Communications ha ido más allá, llegando a sugerir que, a mayor consumo de omega-3, menor riesgo de muerte prematura.
En estudios previos ya se habría sugerido que existiría un vínculo entre el consumo de ácidos grasos y un menor riesgo de enfermedades cardíacas, cerebrales, oculares y articulares. Sin embargo, aún existen pocos estudios sobre la potencial relación entre el consumo de omega-3 y la esperanza de vida, calculado en base a un menor riesgo de muerte.
Un ejemplo según algunos investigadores, sería Japón: la ingesta de omega-3 y los niveles en sangre de estos ácidos grasos son más altos en el país del Sol naciente que en la mayoría del resto de países del mundo. A su vez, su esperanza de vida también es de las más elevadas del planeta. Podría tratarse de una coincidencia, pero es posicle que el consumo de omega-3 tenga algo que ver.
En estudios previos ya se habría visto que una mayor ingesta de pescado u omega-3 dietético reduciría el riesgo de muerte por cualquier causa, pero las encuestas dietéticas pueden llegar a ser imprecisas, sobre todo para calcular la ingesta real de dos tipos de omega-3, el ácido eicosapentaenoico (EPA) y docosahexaenoico (DHA), como bien recuerdan los investigadores. Los estudios que usan biomarcadores o niveles de omega-3 en sangre son más específicos y más objetivos.
En este caso, el nuevo documento del Consorcio FORCE ('Fatty Acids & Outcomes Research'), a cargo de investigadores de todo el mundo, ha recopilado datos sobre los niveles de ácidos grasos en sangre de grandes grupos de sujetos, y han seguido a estos individuos a lo largo de varios años, teniendo en cuenta las enfermedades que iban desarrollando con el paso del tiempo.
El estudio actual, centrado en los niveles de omega-3 y el riesgo de muerte, sería el más grande hasta la fecha. Se usaron datos de 17 grupos de individuos o cohortes de todo el mundo, llegando a analizar datos de 42.466 personas, a lo largo de 16 años de media. Durante este tipo, 15.720 participantes fallecieron.
Para dicho análisis, los autores usaron el 'índice omega-3', una medida objetiva del estado de los niveles de omega-3 en el organismo, mediante la cual se mide la cantidad de estos ácidos grasos en las membranas de los glóbulos rojos. Así, los investigadores logran tener una imagen precisa del consumo total de omega-3 en los últimos cuatro a seis meses.
Según las conclusiones del estudio, y tras analizar causas de muerte por cualquier causa, se llegó a la conclusión de que aquellas personas con mayores niveles de EPA + DHA tendrían un riesgo de muerte hasta un 13% inferior a aquellas personas con menores niveles sanguíneos de estos ácidos grasos omega-3.
Tras centrarse en las tres causas principales de muerte, como es la enfermedad cardiovascular, cáncer, y el resto de causas de muerte combinadas, se detectó de nuevo un nivel de riesgo inferior de un 15%, 11% y 13%, respectivamente, en aquellas personas con mayores niveles de EPA + DHA sanguíneos.
Por todo ello, los autores sugerirían que los ácidos grasos omega-3 tendrían múltiples beneficios para la salud en general, como retrasar el envejecimiento, y no solo beneficios a nivel cardiovascular de forma específica como se creía hasta ahora.