"Puede parecer una escena más apropiada para una película de James Bond que para un restaurante cercano", ilustraba la revista Discover. El medio instaba a imaginar a una pareja que, tras una cena de pescado y marisco, empezaba a sentir síntomas de intoxicación: físicos (vómitos, diarrea, dolor muscular, salivación incesante) pero, de forma más inquietante, también neurológicos.
¿De qué tipo? Inversiones sensoriales, por ejemplo, confundiendo el calor con el frío, o la sensación permanente de estar perdiendo los dientes. Se trata de las posibles manifestaciones de la ciguatera, una enfermedad causada por el consumo de toxinas presentes en algunos pescados y que, al contrario que otros patógenos como el parásito anisakis, no se soluciona cocinando, congelando o esterilizando la carne del pez.
Las ciguatoxinas han sido hasta ahora un problema de aguas tropicales: son generadas por microalgas, y se transfieren a lo largo de las redes tróficas hasta llegar al consumidor. Su llegada a Europa está siendo monitorizada por el proyecto 'EuroCigua' cofinanciado por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y coordinado desde España por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN).
Desde el año 2012 existe un protocolo de vigilancia retrospectiva y prospectiva de ciguatera. Además, para caracterizar el riesgo de contraer la ciguatera y valorar la incidencia y las características epidemiológicas de las ciguatoxinas en aguas de la Unión Europea, mediante el análisis y la detección de especímenes contaminados, se ha realizado un informe de caracterización de riesgos entre abril de 2016 y enero de 2021, cuyas conclusiones se han publicado recientemente.
El estudio conforma que las ciguatoxinas se están extendiendo en las Islas Canarias, donde ya es una enfermedad de declaración obligatoria: "La mayor incidencia se registró en El Hierro seguido de La Palma, Tenerife y Lanzarote, siendo la incidencia menor en La Gomera y Gran Canaria". Es un margen pequeño, de 0,47 casos anuales por 100.000 habitantes, pero considerablemente superior a la tasa entre la población general, de 0,005 casos por cada 100.000 habitantes.
Se han notificado 34 brotes en total (incluidos 209 casos) entre 2012 y 2019. Portugal y España notificaron 16 brotes, con 96 casos, debido al consumo de pescado procedente de Madeira y Canarias. Alemania y Francia notificaron 10 brotes, incluidos 85 casos, debido al consumo de pescado importado a la UE. Por otro lado, España, Alemania y Francia notificaron 8 brotes, con 28 casos involucrados, entre viajeros procedentes de zonas tropicales endémicas.
El seguimiento, según informaba a finales de 2020 el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), centro coordinador del ámbito epidemiológico del proyecto, ha permitido concluir que el número de brotes no ha aumentado a lo largo del tiempo. Las ciguatoxinas se confirmaron aproximadamente en la mitad de los brotes, y en esos casos, todos presentaron síntomas neurológicos, la mayoría de ellos junto con síntomas gastrointestinales y, en algún caso, cardiovasculares.
El porcentaje de hospitalización notificado en el periodo ha sido muy variable, y no se notificó ninguna defunción entre los casos de los brotes, ya que la ciguatera es un síndrome raramente fatal. Cinco países (Austria, Alemania, Portugal, España y Suiza) notificaron 34 casos individuales. España y Portugal notificaron brotes debidos a consumo de pescado capturado en la UE, la mitad de ellos capturados mediante pesca deportiva, mientras que Francia y Alemania notificaron brotes debidos al consumo de pescado importado.
Tras los cinco años de trabajo, EuroCigua insiste en la recomendación de fortalecer la investigación y notificación de brotes de ciguatera. El pasado mes de octubre se celebró una reunión científica internacional ligada a la finalización del proyecto, en la que participaron expertos de la Unión Europea y de otros países, además de representantes de la EFSA, el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).