El único chocolate considerado como saludable a nivel nutricional es el que contiene a partir de un 70% de cacao en la mezcla. Sin embargo, este 'chocolate negro' no es el más consumido, entre otros motivos por su sabor amargo al que el paladar se tiene que acostumbrar. El chocolate con leche, por otra parte, es más palatable y por ello encabeza las ventas, pese a que contiene aproximadamente un 45% de cacao y el resto de azúcar, lo que impide catalogarlo como saludable.
Al tratarse del tipo de chocolate más consumido, sin embargo, investigadores dirigidos por la catedrática de la Universidad de Murcia (UMU) Marta Garaulet y el doctor Frank A.J.L. Scheer, del Brigham and Women’s Hospital, ha abordado sus efectos sobre el metabolismo en mujeres postmenopáusicas según la hora a la que se toma. Los resultados del estudio se han publicado en The Faseb journal.
"Por estudios anteriores sabemos que la hora de la comida es un sincronizador de relojes internos asociados con la obesidad, por lo que la hipótesis de partida era que, dependiendo de la hora de ingesta, el chocolate tendría un efecto diferente sobre el apetito y otros factores relacionados con el peso corpora", explica Marta Garaulet.
Las conclusiones se han obtenido después de un estudio cruzado y aleatorio entre mujeres que durante un periodo de 14 días tomaron chocolate con leche durante la primera hora tras levantarse (mañana), durante otros 14 días lo tomaron durante la hora antes de dormir (noche) y también mantuvieron un tercer periodo de 14 días en el que no tomaron chocolate, de forma aleatoria, y con una semana de descanso entre cada condición experimental.
Durante el estudio, todas las participantes consumieron 100 gramos de chocolate con leche en la hora indicada, lo que supone 542 kilocalorías extras sobre su dieta habitual. La recomendación de consumo energético diario para un adulto es de 2.000 kcal de media, ingeridas con alimentos que deberían aporta otros micronutrientes esenciales. Aunque en menor concentración que el negro, "este chocolate también tiene cafeína, teobromina, polifenoles y taninos, principios activos con efectos antioxidantes beneficiosos", precisan los autores.
El balance calórico resultó problemático, ya que se detectó un descenso de los antojos por los dulces durante el día, equivalente a "300 kilocalorías si el chocolate se consume por la mañana y en 150 kilocalorías si se toma de noche". Sin embargo, estas cifras "en ningún caso compensan las 542 kilocalorías ingeridas con el chocolate", por lo que la acción antiobesogénica debería encontrarse en otra parte.
Así, los investigadores detectaron que si el chocolate se toma por las mañanas, en el periodo de los 14 días se observa que se reduce la glucemia -azúcar en sangre- en ayunas en un 4,5%, mientras que aumenta la oxidación de las grasas en un 26% y la circunferencia abdominal se reduce en un 2%. "Es decir, tomar chocolate por la mañana ayuda a bajar el azúcar en sangre y promueve la movilización de grasas del cuerpo", aseguran.
Si el chocolate se toma por la noche, en cambio, se producen cambios metabólicos como que aumente la actividad física espontánea en un 7%. Además, también aumenta la disipación del calor tras las comidas en un 1,3%, por lo que "con la misma cantidad de ingesta se acumula menos energía", mantienen. Por otra parte, también aumenta la oxidación de carbohidratos en un 35%, lo que significa que el organismo elige en mayor medida los azúcares para obtener la energía necesaria.
“Todos estos efectos de tomar el chocolate por la mañana se traducen en la reducción de la cintura, algo que llama la atención especialmente teniendo en cuenta el elevado consumo de kilocalorías que suponen los cien gramos diarios de chocolate”, apunta Teresa Hernández-González. Además, se han apreciado cambios en la microbiota intestinal que podrían reflejar un efecto antiobesogénico, algo que se ha observado especialmente por las mañanas