Los huevos y las salsas derivadas de estos pueden llegar a ser un peligro cuando se consumen al calor del verano: las intoxicaciones alimentarias por consumo de huevo y derivados en mal estado, o expuestos al sol durante demasiado tiempo, son muy comunes en España.
Por ello, fijarnos en las manchas o protuberancias de los huevos no solo no es descabellado, sino que sería una buena idea, siempre con la finalidad de buscar un consumo seguro. Aunque, por suerte, ni las manchas ni las protuberancias de este alimento suelen ser un mal augurio.
Es muy probable que en alguna ocasión hayamos visto y consumido huevos cuyas cáscaras están descoloridas, con manchas de color marrón oscuro. Se trata de un patrón conocido como "huevo moteado", y forman parte de la fisiología normal del huevo.
Estas manchas oscuras se crean al principio del proceso a medida que el huevo pasa a través de la gallina: cuando el huevo pasa por el oviducto, el órgano que procesa la yema y agrega la cáscara, gira. Si el huevo gira demasiado lento mientras se mueve por este conducto, puede llegar a tener algunas manchas. Y es normal.
Las protuberancias
Por otro lado, tampoco es raro haber consumido en alguna ocasión algún huevo con una o varias protuberancias en su cáscara. Y no, no significa que esté roto o "abollado".
Estas protuberancias o baches tan solo implican que la cáscara del huevo posee algo de textura y no es totalmente suave: no todos los huevos son perfectos como en la publicidad.
Una vez más, esta textura diferente se produce cuando el huevo pasa por el oviducto. En este conducto puede haber agunos desechos cuando se forma la cáscara, una situación que se vuelve más común a medida que la gallina se hace mayor, o bien en gallinas jóvenes que no reciben suficientes nutrientes.
En ambos casos, cuando se forma el huevo, se libera calcio que encierra los desechos en la cáscara. Y también es normal.
¿Es seguro su consumo?
En ambos casos, tanto si el huevo posee un patrón moteado como si posee alguna que otra protuberancia en su cáscara, el consumo de los mismos es seguro. No hay que desechar ningún huevo si posee alguna de estas "anomalías".
De hecho, la parte más importante en cuanto a seguridad alimentaria se refiere es cómo se cocinan los huevos, dado que el mayor peligro de su consumo es la salmonelosis. En este caso se podría sospechar que existe salmonela en los huevos si se ven manchas negruzcas o verdes dentro de su cáscara, siendo esto un signo de contaminación.
Aunque se suele decir que es seguro mantener los huevos a temperatura ambiente, en épocas de temperaturas más elevadas es aconsejable mantenerlos en la nevera y consumirlos durante las siguientes tres semanas a su compra para obtener la mejor calidad. E incluso pueden consumirse más allá de su supuesta fecha de caducidad, siempre y cuando se corrobore que siguen frescos.
Y, para finalizar, cabe destacar que incluso cuando se cocine un huevo fresco y sin signos de infección, es aconsejable mantener las habituales medidas de seguridad alimentaria: toda el área de cocción debe estar limpia y evitar contaminaciones cruzadas: si se entra en contacto con un huevo crudo durante el cocinado, es aconsejable lavarse las manos, los utensilios usados y cualquier superficie que haya tocado el huevo. Y asegurarse de que la yema está firme y bien cocinada.