Aunque a día de hoy se dispone de múltiples tratamientos médicos, e incluso algunos tipos de dietas muy bajas en calorías se han posicionado como una posible "cura para la diabetes", la realidad es que es pronto para poder vislumbrar el fin de esta pandemia metabólica que sufren cinco millones de personas en España.
Sin embargo, los estudios centrados en la mejora de la alimentación se han multiplicado con el paso de los años. El último de ellos, publicado recientemente en The BMJ, vuelve a hacer hincapié en el índice glucémico de los alimentos: seguir una dieta de bajo índice glucémico tendría múltiples beneficios para las personas con diabetes.
El índice glucémico (IG) evalúa la rapidez con la que los diferentes alimentos afectan a los niveles de azúcar en sangre. Se sabe que las comidas con un IG bajo, como verduras, la mayoría de las frutas, legumbres y cereales integrales tienen capacidad para mantener estables los niveles de azúcar o glucemia en sangre y, a su vez, otorgar cierta protección frente a enfermedades cardiovasculares en las personas con diabetes.
Así pues, las guías nutricionales de todo el mundo recomiendan una dieta baja en IG -también llamada 'de baja carga glucémica'- para las personas con diabetes. Sin embargo, las últimas directrices de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes (EASD) se publicaron hace más de 15 años y se han realizado muchos estudios desde entonces.
Así pues, los investigadores responsables del nuevo estudio se propusieron recabar información al respecto y resumir el efecto de los patrones dietéticos de IG bajo en el control del azúcar sanguíneo y en otros factores de riesgo conocidos asociados a la diabetes.
En total, se analizaron 27 ensayos clínicos controlados publicados hasta mayo de 2021 con un total de 1617 participantes diagnosticados de diabetes tipo 1 o tipo 2. Los estudios duraban tres o más semanas, y en todos ellos se investigaban los efectos de las dietas de bajo índice glucémico.
La mayoría de los participantes eran de mediana edad, sufrían sobrepeso u obesidad, y aquellos con diabetes tipo 2 tenían la enfermedades moderadamente controlada con medicamentos o insulina.
Según los hallazgos de la revisión, la dieta de bajo índice glucémico se asociaría con reducciones pequeñas pero clínicamente significativas en los niveles de azúcar sanguíneo a largo plazo (hemoglobina glicosilada o HbA1c), en comparación con dietas con un índice glucémico superior.
Por otro lado, también se identificaron mejoras en otros factores de riesgo, tales como el azúcar o glucosa en ayunas, el colesterol LDL o "colesterol malo", el peso corporal, e incluso la proteína C reactiva (un marcador inflamatorio).
Sin embargo, no hubo efectos en otros parámetros, tales como los niveles de insulina sanguínea, el colesterol HDL o "colesterol bueno", el volumen de cintura o circunferencia abdominal, ni en la tensión arterial.
La certeza de la evidencia, según los investigadores, sería alta para los niveles de azúcar sanguíneo, y moderada para la mayoría de los otros resultados. Pero, teniendo en cuenta que uno de los pilares esenciales de la diabetes es el control glucémico, la dieta de bajo índice glucémico sería una buena indicación en personas con dicho diagnóstico.
Limitaciones del estudio
Los investigadores son conscientes de algunas limitaciones del estudio, como la imprecisión de la evidencia sobre los efectos de las dietas de bajo índice glucémico y el colesterol LDL y la circunferencia abdominal, y la pequeña cantidad de ensayos disponibles donde se analizaba la tensión arterial y los marcadores inflamatorios.
Sin embargo, sugieren, la dieta de bajo índice glucémico sería una estrategia dietética aceptable y segura: se producirían pequeñas reducciones a nivel de HbA1c, glucosa en ayunas y otros factores de riesgo, pero aún así serían reducciones significativas a largo plazo.