El corazón siempre ha sido uno de los órganos más importantes para todas las culturas. Se le han adjudicado cualidades como contenedor del alma o de la fuerza de los guerreros, lo que sí es cierto es que es el motor que mueve la sangre por el cuerpo, a través de la cual circulan los nutrientes y los elementos que necesita el organismo para realizar las funciones vitales.
Cuidar el corazón es cuidar el resto del organismo y no sólo conlleva introducir en la dieta una serie de alimentos que reduzcan el riesgo de sufrir alguna enfermedad cardiovascular, igual de importante es evitar los que contribuyen negativamente o sean perjudiciales. "La clave está en reducir el consumo de alimentos con cargas altas de hidratos de carbono refinados, para reducir las calorías totales consumidas, y con ello la elevación continua de glucosa e insulina", explica a EL ESPAÑOL Miriam Crespo, dietista-nutricionista y tecnóloga de alimentos.
La alimentación influye de manera determinante en la salud de las personas. Desde hace años sabemos que las frutas y las verduras, por ejemplo, son alimentos insustituibles en nuestra dieta y contribuyen a la prevención de enfermedades cardiovasculares y algunos cánceres, según avisa la OMS. De la misma forma, la ciencia ha demostrado que una mala alimentación también puede acabar afectando a nuestro colesterol, a la presión arterial y, en definitiva, a nuestro sistema cardiovascular.
Además de llevar una dieta sana, el ejercicio físico es vital para mantener la salud cardiovascular. Igual que mantener un peso correcto, ya que el sobrepeso se relaciona con la diabetes tipo 2, no fumar, evitar el sedentarismo y las drogas. En concreto, los efectos cardiovasculares más importantes que tiene la cocaína es el incremento del riesgo de isquemia miocárdica e infarto, aparición de arritmias, disfunción ventricular y aumento del riesgo de muerte de origen cardiovascular.
En un ensayo llevado a cabo en distintos centros españoles, PREDIMED (Prevención con Dieta Mediterránea), se asignó aleatoriamente a los participantes una de tres dietas: una dieta mediterránea suplementada con aceite virgen extra de oliva, una dieta mediterránea suplementada con frutos secos y una dieta control. Este revela que la dieta mediterránea puede reducir hasta un 30% el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular y cerebrovascular como infartos, ictus o derrames cerebrales.
Cuidado en el desayuno
La nutricionista recomienda evitar pasteles y bollos (incluidos los caseros), así como galletas de todo tipo, cereales de desayuno, batidos de sabores, leche con azúcar en polvo coloreada con cacao y yogures azucarados. El motivo es que todos estos alimentos contienen grasas trans, que se encuentran líquidas en un principio pero que se solidifican por la hidrogenación.
En el procesado de los alimentos, se introduce hidrógeno a algunos ingredientes que contienen grasa natural líquida, como los aceites. Se hace a altas temperaturas para que pasen a estado sólido, consiguiendo que los alimentos se conserven en perfecto estado durante más tiempo. Estas grasas no aportan nada al organismo por lo que son totalmente prescindibles y perjudiciales. Además, su consumo se relaciona con una mayor incidencia de enfermedades cardiovasculares y más diabetes tipo 2.
Algunos alimentos, como los frutos secos, contienen grasas poliinsaturadas, beneficiosas para el organismo, que también las usa como combustible. En concreto, de este tipo se necesitan menos de un 25/30% de calorías diarias.
Alimentos ricos en sodio
"Las golosinas, patatas fritas y otros snacks salados como los kikos, helados y caramelos, pertenecen a otro grupo de alimentos que deberías evitar consumir", recomienda Crespo. Los alimentos procesados y ultraprocesados contienen sal en grandes cantidades, por ejemplo, las pastillas de caldo concentrado pueden llegar a contener 23.187 miligramos de sodio por 100 gramos, mientras que algunos encurtidos, como las aceitunas negras, tienen 657 miligramos por ración.
Teniendo en cuenta que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda actualmente no ingerir más de 2 g de sodio diario y la American Heart Association (AHA) marca el límite en 1,5 g, para evitar tener la tensión alta y elevar el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, el contenido en sodio de cualquiera de estos alimentos sumados al del resto de comidas, harán que consumas sal por encima de la recomendada.
Carne roja
La carne roja contiene grasas saturadas, por lo que la Sociedad Española de la Arteriosclerosis (SEA) recomienda evitar las carnes procesadas y apostar por la carne blanca o magra. Asimismo, según señala un estudio realizado por el Departamento de Nutrición de la Universidad de Harvard, la ingesta de este tipo de carne se asocia con un aumento del riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, además de un aumento en la mortalidad por cáncer.
Bebidas carbonatadas
España es un gran consumidor de este tipo de bebidas. En el año 2018 se bebieron más de 1.818 millones de litros de refrescos, según datos de Statista. En particular, los menores de menos de nueve años, consumen bebidas azucaradas de forma regular.
Diferentes estudios realizados en animales, revelan que el consumo habitual de azúcares refinados contribuye a la desregulación metabólica y cardiovascular. Por ejemplo, investigadores de la Escuela de Medicina de Ponce, Puerto Rico, vinculan su ingesta con el síndrome metabólico, un grupo de patologías conjuntas como obesidad, hígado graso, resistencia a la insulina, hiperinsulinemia, dislipidemia e hipertensión.
Estas alteraciones se relacionan con la presencia en grandes cantidades de fructosa, usado como edulcorante de estos refrescos, siendo esta más dañina para el corazón que la glucosa, según los datos de una investigación llevada a cabo por un grupo de científicos, liderado por el profesor titular de Bioquímica y Biología Molecular de la Facultad de Farmacia de la Universidad CEU San Pablo, Carlos Bocos.
Alejándote de estos alimentos e incluyendo en la dieta algunos de los muchos productos y comidas que fomentan el buen funcionamiento de tu corazón, como frutos secos, pescados azules o aceite de oliva, conseguirás mejorar la salud de todo tu organismo.