El exceso de colesterol sigue siendo uno de los principales factores de riesgo cardiovascular tanto en España como en el gran parte del mundo occidental. Si bien es cierto que la salud del corazón debe analizarse desde todo el conjunto de estilo de vida, particularmente el colesterol LDL, el "malo", sigue siendo una preocupación a tener en cuenta.
Por ello, múltiples estudios han analizado cómo reducir esta sustancia mediante mejoras en la dieta, más allá de las diversas medicaciones existentes en la actualidad.
Ahora, un nuevo estudio publicado en Circulation, la revista de la American Heart Association, a cargo de Emilio Ros, MD, Ph.D., y sus colegas del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Clínico de Barcelona, habrían encontrado un nuevo colaborador en esta batalla contra el colesterol: las nueces. Dentro del conjunto de los frutos secos, destacan por ser una fuente de ácidos grasos omega-3, concretamente de ácido alfa-linolénico, el cual se ha relacionado con efectos beneficiosos a nivel de salud cardiovascular.
Como bien recuerda Ros, en estudios previos ya se habría sugerido que los frutos secos en general, y las nueces en particupar, se asociarían con un menor nivel de enfermedad cardíaca y cerebrovascular, dado su potencial para reducir los niveles de "colesterol malo". Pero ahora, según el nuevo estudio llevado a cabo en Barcelona, habría algo más: las nueces pueden mejorar la calidad de las partículas LDL.
Se sabe que las partículas LDL poseen varios tamaños. Las partículas LDL pequeñas y densas se asociarían de forma más significativa con la aterosclerosis o placa grasa que se acumula en las arterias. Y las nueces, según los investigadores, tendrían potencial para mejorar la situación.
Este nuevo trabajo sería un subestudio del Estudio de Nueces y Envejecimiento Saludable, un gran ensayo controlado y aleatorizado de dos años que ha analizado si el consumo de nueces contribuiría a un envejecimiento saludable. En el caso del subestudio, se ha analizado si el consumo de nueces tendría efectos sobre el colesterol, independientemente de la dieta de una persona o del lugar donde viva.
En este caso, se han analizado datos de 708 hombres y mujeres (68% mujeres) de entre 63 y 79 años, residentes en Barcelona (España) y Loma Linda (California). El estudio se realizó entre mayo de 2021 y mayo de 2016. Los participantes se dividieron al azar en dos grupos: el grupo control, y el grupo de intervención. Este segundo grupo agregó media taza de nueces a su dieta diaria habitual (unos 50 gramos), mientras que el grupo control no comió nueces.
Tras el paso de dos años, se analizaron los niveles de colesterol de los participantes, incluyendo la concentración y el tamaño de las lipoproteínas transportadoras de colesterol mediante espectroscopia de resonancia magnética nuclear. Esta prueba permite analizar con mayor precisión las características de las lipoproteínas, dado que su tamaño y densidad se ha asociado con variaciones en el riesgo de enfermedad cardiovascular.
En total, se pudo analizar de forma completa el colesterol de 628 de los participantes, dado que alrededor de un 10% no continuó el estudio. Pero pudieron extraerse algunas conclusiones:
- Los participantes que consumían nueces redujeron su colesterol LDL 4.3 mg/dL de promedio, y el colesterol total en 8.5 mg/dL de promedio.
- El consumo diario de nueces redujo el número de partículas LDL en un 4.3%, y el de partículas LDL pequeñas en un 6.1%. Estos cambios en concentración y composición se asociarían con un menor riesgo cardiovascular, según comentan los autores.
- El colesterol de las lipoproteínas de densidad intermedia (IDL) también disminuyó. IDL es un precursor de LDL, y se encuentra entre las liproproteínas de baja y muy baja intensidad; es un paso intermedio.
- Los cambios de colesterol LDL también se diferenciaban por sexo: en hombres, el colesterol LDL se redujo un 7.9%, mientras que en mujeres se redujo un 2.6%.
Mejoras modestas, pero significativas
Los autores son conscientes de que el consumo de nueces no da lugar a una gran disminución del colesterol LDL. Sin embargo, los hallazgos son significativos, y sí han tenido repercusión real en los participantes: todos estaban sanos, pero 50% de los mismos consumían tratamientos para la hipertensión y la hipercolesterolemia de forma preventiva.
Gracias a dichos tratamientos, el 32% de los participantes mantenían unos niveles de colesterol promedio normales, y los autores sugieren que añadir un puñado de nueces de forma diaría lograría una reducción mayor si cabe de estos niveles de colesterol. Además, las grasas saludables de las nueces no contribuyeron al aumento de peso de los participantes: un consumo moderado se ha vinculado de hecho al adelgazamiento ya que, a pesar de ser calóricas, inducen la saciedad.
Aún así, los autores también son conscientes de que el estudio no carece de limitaciones: tanto los participantes como los investigadores sabían quien estaba comiendo nueces y quien no, aunque el estudio no involucró a poblaciones con dietas muy diferentes. Pero habría que continuar investigando, sobre todo respecto a los resultados en las variaciones de LDL entre hombres y mujeres.