Desde que los Chupa-Chups entraron en España en 1958, de la mano del español Enric Bernat, su popularidad y sus múltiples imitaciones no han hecho más que aumentar de forma exponencial. A pesar de ser un producto basado en uno de los jinetes del apocalipsis nutricional, como es el azúcar, se calcula que sus ventas han rondado los 90 millones de euros de media de forma anual en los últimos 10 años.

A pesar de no ser el paradigma de un alimento saludable, este emblemático dulce goza aún hoy día de gran popularidad, y también cuenta con alguna curiosidad a su alrededor. Un ejemplo de ello es la forma de su palito, el cual es muy similar a otros dulces conocidos, como las piruletas. Esta parte cumpliría una función muy específica, aunque algunos hayan llegado a sugerir varias con potencial, pero que carecen de sentido.

En el caso particular de los Chupa-Chups, que puede que no sea compartido por otros dulces del mismo estilo, se pueden observar dos huecos: el palito que sostiene el caramelo es totalmente hueco, y además también posee una pequeña abertura en su inicio. Ni una cosa ni la otra son casualidades, sino todo lo contrario.

Algunos han llegado a sugerir que la pequeña abertura serviría para soplar en el palito del Chupa-Chups y darle un segundo uso como silbato cuando ya se ha terminado el caramelo. Por desgracia, la realidad dista mucho de ello, y cualquiera que haya intentado soplar por este pequeño agujero habrá comprobado que es inútil: su objetivo no es "crear música".

Otros también habrían sugerido que tanto la abertura inicial como el hecho de que el palito esté totalmente hueco en su interior se debería a motivos de seguridad. En teoría, en caso de que un niño pequeño se atragantase con este palito, al estar hueco, evitaría consecuencias fatales y permitiría la respiración. De nuevo, se trata de un mito. Por suerte, este utensilio no tiene un grosor suficiente para provocar la asfixia en los más pequeños, ni sería capaz de obstruir su garganta.

Un caso diferente es el de los frutos secos que, recordemos, están totalmente desaconsejados en niños menores de 4 años. Esta falsa creencia se debería a la relación que se establece con las tapas de los boligrafos: en esos casos sí están huecos para evitar posibles asfixias, ya que su diámetro si es suficientemente amplio para poder dar lugar a consecuencias fatales.

En realidad, tanto la abertura inicial de los palitos de los Chupa-Chups como el hecho de que el palito esté totalmente hueco por dentro responde a motivos de eficacia y economía: por un lado, cuando se coloca el caramelo derretido sobre el palito, tanto la abertura inicial como el hecho de que esté hueco por dentro, ayuda a mantener el caramelo en su lugar, formando una especie de gancho. Gracias a este método, el caramelo queda perfectamente adherido al palo, dado que parte del mismo penetra por los huecos e impide que pueda caerse.

Por otro lado, el hecho de que el palito esté totalmente hueco hasta el final no tiene más motivos que los económicos: a menos material, menos gasto. También ayuda a que el caramelo contenga menos burbujas en su interior, pero esencialmente se trata de un ahorro en los costes.

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