La hipertensión arterial no es solo una enfermedad poco controlada en el mundo, con puntuales excepciones como España -según estudios recientes-, sino que es el principal factor de riesgo para acabar sufriendo un ictus o accidente cerebrovascular.
Ahora, un nuevo estudio publicado en la revista Stroke, la publicación de la American Stroke Association, habría sugerido un nuevo alimento capaz de reducir el riesgo de ictus, al menos en la población asiática: comer cacahuetes.
Los cacahuetes, que realmente son legumbres y no frutos secos como suele creerse, serían una forma de brindar cierta protección tanto frente a los accidentes cerebrovasculares como frente a otras enfermedades cardiovasculares.
En estudios anteriores ya se había sugerido que el consumo de cacahuetes podría mejorar la salud cardiovascular en los individuos estadounidenses. Pero en este nuevo estudio en particular se ha querido identificar una relación específica entre el consumo de cacahuetes y la incidencia de diferentes tipos de ictus (isquémicos o hemorrágicos) y de enfermedad cardiovascular en general (accidentes cerebrovasculares totales y cardiopatía isquémica); en este caso, en población japonesa.
Según Satoyo Ikehara, profesor de salud pública en el Departamento de Medicina Social de la Universidad de Osaka (Japón) y autor principal del estudio, el consumo de cacahuetes se relacionaría con un menor riesgo de accidente cerebrovascular o ictus isquémico en especial.
Los cacahuetes son ricos en nutrientes saludables para el corazón, como bien recuerda Ikehara: ácidos grasos mono y poliinsaturados, minerales, vitaminas y fibra dietética, todos ellos relacionados con un menor riesgo de enfermedad cardiovascular, dado que reducen factores de riesgo como la tensión alta o los niveles de colesterol e inflamación crónica.
Hasta un 20% menos de ictus
En este caso, Ikehara y sus colegas analizaron datos de individuos reclutados en dos fases, en 1995 y entre 1998-1999. En total, hubo 74.000 participantes, hombres y mujeres, de 45 a 74 años, cuyos datos procedían del Estudio Prospectivo del Centro de Salud Pública de Japón. En total, fueron seguidos durante 15 años y todos ellos completaron una encuesta sobre su estilo de vida, incluyendo la frecuencia con la que consumían cacahuetes.
En total, se produjeron 3.599 casos de accidente cerebrovascular (2.223 isquémicos y 1.376 hemorrágicos), y 849 casos de cardiopatía isquémica o infarto de corazón.
Tras tener en cuenta diversos factores, como el consumo de tabaco, consumo de alcohol, dieta general y actividad física, se clasificó a los participantes según sus niveles de consumo de cacahuetes: el nivel más bajo era un consumo nulo, mientras que el consumo más elevado era una media de 4-5 cacahuetes diarios, sin cáscara.
Según sus resultados, en comparación con el consumo nulo de cacahuetes, aquellos con un consumo más alto obtuvieron varios beneficios: un 20% menos de riesgo de ictus isquémico; un 16% menos de riesgo de ictus en general, ya fuese isquémico o hemorrágico; un 13% menos de riesgo de sufrir cualquier tipo de enfermedad cardiovascular, tanto cerebrovascular como cardíaca, y no hubo asociaciones significativas entre el consumo de cacahuetes y el riesgo de ictus hemorrágico o cardiopatía isquémica.
Los efectos beneficiosos del consumo de cacahuetes, como el menor riego de sufrir un ictus isquémico, se identificaron tanto en hombres como en mujeres. Incluso a pesar de las pequeñas cantidades de cacahuetes consumidas de media cada día.
Cabe destacar, como recuerdan los investigadores, que el consumo de cacahuetes y frutos secos diversos no es algo tan común en los países asiáticos. Sin embargo, agregar alimentos como los cacahuetes, incluso en pequeñas cantidades, podría ser un enfoque simple y efectivo a largo plazo.
Actualmente la Asociación Estadounidense del Corazón aconseja consumir hasta cinco porciones de frutos secos sin sal cada semana, incluyendo los cacahuetes, pero sin olvidar otras opciones saludables como las nueces, los anacardos o las avellanas.