Una nueva investigación de la Universidad de Southampton, en Reino Unido, demuestra que una distribución más saludable en los supermercados, eliminando los dulces y otros productos poco saludables de las cajas y del final de los pasillos cercanos así como la colocación de frutas y verduras cerca de las entradas de las tiendas, hace que los clientes compren alimentos más saludables, según publican en la revista PLOS Medicine.
El estudio, dirigido por la doctora Christina Vogel, investigadora principal de Nutrición en Salud Pública, y Janis Baird, catedrática de Salud Pública y Epidemiología del Centro de Epidemiología del Curso de la Vida de la Universidad, se realizó en colaboración con la cadena nacional de supermercados Iceland Foods Ltd. El ensayo se llevó a cabo en una selección de tiendas de Iceland, en Inglaterra, y se controlaron las ventas de las tiendas, así como los patrones de compra y de alimentación de una muestra de clientes habituales.
Los resultados mostraron que las ventas de productos de confitería en toda la tienda disminuyeron y las de fruta y verdura aumentaron cuando se colocaron artículos no alimentarios y agua en las cajas y al final de los pasillos opuestos, y se reubicó una sección ampliada de fruta y verdura cerca de la entrada de la tienda. También se observaron efectos beneficiosos en la compra de frutas y verduras en el hogar y en la calidad de la dieta individual.
Al hablar de los resultados del estudio, el doctor Vogel señala que "la modificación de la distribución de los supermercados podría ayudar a la gente a elegir alimentos más sanos y a orientar la dieta de la población hacia las recomendaciones dietéticas del gobierno".
"Los resultados de nuestro estudio sugieren que una distribución más saludable de las tiendas podría suponer la venta de casi 10.000 raciones más de fruta y verdura y aproximadamente 1.500 raciones menos de productos de confitería por semana en cada tienda", añade.
Esta investigación es más exhaustiva que los estudios anteriores en los que se comprobaba si las estrategias de colocación pueden promover la compra de alimentos más sanos y cuyo alcance era limitado, por ejemplo, incluyendo sólo un lugar (es decir, las cajas) o colocando juntos productos sanos y no sanos.
De hecho, este estudio fue más allá, con el objetivo de reducir la exposición de los clientes a las oportunidades calóricas mediante la colocación de artículos no alimentarios en las cajas y en los extremos de los pasillos, y la medición de los efectos en las ventas de la tienda, los patrones de compra con tarjetas de fidelidad de los clientes y las dietas de más de un miembro de la familia.
Matt Downes, director de desarrollo de formatos de Iceland, espera que "los resultados del estudio aporten información al sector minorista en general y a los responsables políticos sobre el impacto de la comercialización en las tiendas en las decisiones de compra".
Por su parte, el profesor Baird añade que "estos resultados aportan pruebas novedosas que sugieren que la pretendida prohibición del gobierno británico de colocar en un lugar destacado los alimentos poco saludables en los establecimientos minoristas podría ser beneficiosa para la dieta de la población, y que los efectos podrían aumentar aún más si se incorporara a la normativa el requisito de contar con una sección de productos cerca de las entradas de los supermercados".