Más del 40% de los adultos entre los 50 y los 64 años y sin antecedentes de enfermedad cardiovascular sufren algún grado de aterosclerosis, la acumulación de placas de grasa en las paredes de las arterias que reducen su elasticidad y aumentan el riesgo de sufrir un accidente cardíaco. Así lo afirma un estudio realizado en Suecia, cuyos resultados se publican en la revista Circulation de la Sociedad Americana del Corazón.
Estas grasas, calificadas como "tan peligrosas como el colesterol" para la salud cardiovascular, se suelen monitorizar mediante tomografia cardíaca computerizada, una manera de obtener una medida de la calcificación vascular en base a la densidad de las placas, ricas en calcio. Se obtiene de este modo una puntuación dentro del índice de calcio arterial coronario (CAC) entre 0 y 400. Cuanto más alto sea, mayor es la probabilidad de sufrir un ataque al corazón, un infarto o una muerte prematura en los siguientes 10 años.
Sin embargo, esto no es suficiente, advierten los autores del último trabajo: hay personas en riesgo de accidente cardiovascular que pueden obtener un 0 en su índice CAC. La medida, según el profesor Göran Bergström del Departamento de Medicina Clínica y Molecular de la Universidad de Gotemburgo (Suecia), "no nos da información sobre la aterosclerosis no calcificada, que también incrementa las posibilidades de sufrir un ataque al corazón".
Dentro de un amplio estudio poblacional, el Swedish CArdioPulmonary BioImage Study (SCAPIS), se seleccionaron 25.182 adultos de mediana edad que no habían sufrido enfermedades ni cirugías cardiovasculares hasta la fecha. Se les realizó un escáner CAC, pero también una angiografía por tomografía computerizada (CCTA por sus siglas en inglés). Esta segunda prueba les permitió obtener una imagen más precisa de las arterias de los participantes y relacionarla con su índices CAC.
Los resultados fueron poco halagüeños. La CCTA detectó indicios de aterosclerosis en más del 42% de los participantes. En un 5% de los casos, además, se presentaba un 50% de riesgo de obstrucción de alguna arteria coronaria. Un 2% de los sujetos del estudio, finalmente, ya presentaba obstrucciones en el riego sanguíneo al corazón; en algunos casos, las tres arterias coronarias estaban ya obstruídas.
La aterosclerosis tendía a presentarse diez años antes en los hombres que en las mujeres, y con mayor frecuencia a partir de los 60 años, reportan los investigadores. Y en la mayor parte de los casos, los índices CAC correspondían con las observaciones de CCTA: una puntuación de 400 se relacionó con "obstrucciones significativas" en el flujo sanguíneo. Sin embargo, en más de un 5% de los casos, el paciente presentaba un CAC de cero y sin embargo la angiografía reveló la presencia de aterosclerosis en formación.
Bergström recuerda que las guías médicas para la salud cardiovascular, como la de la propia American Heart Association/American College of Cardiology, establecen que una persona con una puntuación CAC de cero y sin otros factores de riesgo considerable se consideran de bajo riesgo. "Pero hemos visto que un 9,2% de la gente que respondería a esta descripción ya padecía aterosclerosis en sus arterias coronarias, visible mediante la tomografía computerizada". Además, permitó comprobar que el 8,3% de los adultos presentaba placas de grasas no-calcificadas, que se consideran más proclives a causar ataques al corazón.
"Es importante saber que la aterosclerosis silenciosa es común entre los adultos de mediana edad, y aumenta en gran medida con factores como la edad, el sexo y las conductas de riesgo", concluye el investigador. Es por eso que elementos como los antecedentes familiares o llevar una dieta adecuada son tan importantes. "Un resultado elevado en el índice CAC conlleva una probabilidad elevada de sufrir una obstrucción de las arterias coronarias, pero un CAC bajo no excluye la aterosclerosis en los adultos, especialmente si presentan riesgos habituales de enfermedad cardiovascular".