La Comisión Europea ha establecido unos nuevos límites máximos para el cadmio y plomo en determinados alimentos, explica la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) en un nuevo artículo, precisando que "en el listado se incluyen algunos productos que no estaban limitados, pero también otros que si estaban incluidos y cuyos límites ahora se endurecen". Con esta medida, subraya la Organización, se pretende "reducir la exposición a metales pesados de todos los grupos de población y mejorar la protección de los consumidores".
Como recuerda la OCU, estos metales pesados, como sucede con el arsénico en los arroces y el mercurio en el pescado, no llegan a la comida debido a una contaminación industrial, sino que están presentes en el ambiente por una serie de factores tanto naturales como inducidos por el hombre. "Su presencia no se puede evitar, pero sí se puede hacer que la ingesta no sobrepase unos determinados niveles", explican en referencia al trabajo de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA por su siglas en inglés), en colaboración con la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN).
Así, las evaluaciones de la EFSA habían detectado ingestas por encima de las recomendadas en varios grupos de la población, por lo que se ha visto en la necesidad de rebajar los límites admisibles. El cadmio, explica la OCU, es tóxico para los riñones y puede causar fallo renal, mientras que el plomo puede producir neurotoxicidad en el desarrollo de los fetos, bebés y niños. Pero al contrario que el mercurio, que se puede controlar evitando el consumo de las especies más grandes de pescados azules, estos dos metales están muy extendidos en la dieta, e incluso en el agua corriente.
La fuente principal del cadmio en la dieta son los cereales y derivados, los vegetales, frutos secos, patatas, legumbres, carne y productos cárnicos -como los patés-, moluscos, crustáceos -el famoso riesgo de las cabezas de gamba- e incluso algas. Según advierten desde la Organización citando a la EFSA, una persona vegetariana se expondría a un riesgo mayor que una omnívora por depender precisamente de más de estos alimentos a diarios. También los fumadores, que ya ingieren cadmio con el hábito del tabaquismo.
En la nueva recomendación se establecen nuevos límites para, entre otros, los cereales, legumbres, carnes, moluscos, chocolate y productos con cacao, remolacha, ajos, frutos rojos, frutos secos, pescados y sal. El objetivo es acotar una ingesta máxima de cadmio de 2,5 microgramos por kilo de peso a la semana.
En cuanto al plomo, sigue en el ambiente pese al esfuerzo de las últimas décadas de retirarlo como material de construcción -en tuberías y desagües, por ejemplo- y en los combustibles, a raíz de su identificación como neurotóxico para los niños pequeños, y factor de riesgo cardiovascular en los adultos.
"Los cereales, semillas, vegetales como las patatas y las verduras de hoja verde y el agua de bebida son los alimentos o bebidas que más contribuyen a la exposición al plomo en la dieta... si bien el metal se acumula especialmente en mariscos o carnes", advierte la OCU. Las nuevas normativa limita sus niveles, entre otros, en vísceras (casquería), setas no cultivadas, algunos alimentos infantiles, especias como la cúrcuma y la sal.
Qué comer para evitarlos
"No se trata de alarmar, sino de ser conscientes", insisten. "Desde OCU, insistimos en la necesidad de no demonizar ni erradicar de la dieta ningún alimento, pero sí en optar por ir variando la ingesta de distintos productos".
Así combinando "diferentes tipos de verduras y legumbres, pescados diversos (en su tipología, tamaño, etc), mariscos y carnes de diferentes animales" se lograría minimizar los riesgos derivados de la acumulación de un metal pesado concreto en el organismo. "En la variedad está el equilibrio: come de todo y no abuses de nada", concluyen.