Un youtuber acude a un establecimiento de comida rápida y le plantea a uno de sus seguidores comprarle alguno de sus productos si adivina el precio. Otro lanza el reto de ingerir durante 24 horas comidas del mismo color. Estos son solo dos ejemplos de mensajes que vierten los jóvenes más influyentes de nuestro país a través de sus canales en YouTube y que reciben sus coetáneos sin la misma regulación por la que se rige la publicidad en medios tradicionales.
Así lo advierten dos expertas del departamento de Comunicación y Psicología Social de la Universidad de Alicante que han analizado más de 47 horas de contenido de 13 canales de marcas de alimentación y de 15 canales de menores en YouTube. Los resultados han sido publicados en la revista Gaceta Sanitaria.
El contenido más frecuente en los 304 vídeos analizados son los retos, que ocupan un 53,3% de la muestra total. Se trata de desafíos en los que se embarcan los creadores de contenido y que narran a su audiencia con un formato de entretenimiento basado en el relato. Estos son más frecuentes en los canales de youtubers menores (59% del total) que en los canales de marcas de alimentos (37,8%).
En el 85,2% de los vídeos de retos aparecen productos ultraprocesados, con marcas visibles en 117 de ellos. En ellos se contabilizan 377 apariciones de artículos (230 visuales, 12 inclusiones en el título y 135 menciones verbales).
Además, en el 82,4% de las grabaciones compartidas por los menores los padres consumen los alimentos y participan en los retos, a la vez que conversan con ellos. En el caso de estos, la presencia de grupos de referencia se reduce al 25,8%, donde son frecuentes las escenas en la cocina o de diversión con los amigos.
Obesidad infantil
Los niños y niñas consumen alimentos en el 66% de los vídeos de retos y las personas mayores en un 41,4%. Pese a la numerosa presencia de artículos, solo en 68 de los 162 (41,9%) se introduce el aviso sobre contenido comercial.
Los grabaciones compartidas por las empresas de alimentos combinan la argumentación racional con la emocional, mientras que en las de los menores predomina la argumentación emocional.
Destaca la estrategia del canal The Phoskiters by Phoskitos, que copa los 31 vídeos de retos de las marcas de alimentación, con un formato híbrido —Phoskitos es quien busca al youtuber— basado en el sorteo de regalos, que tiene como objetivo animar al público a colgar sus propias grabaciones en las que realizan el reto propuesto.
"La asociación de publicidad y alimentos ultraprocesados en un formato comunicativo como los retos imprime un alto riesgo a las prácticas comunicativas destinadas a menores, cada vez más frecuentes en YouTube", advierten las investigadoras en su estudio. "Los retos implican poner a prueba los límites humanos, incluso desafiar a la autoridad o la dieta saludable recomendada, lo que pone en claro riesgo la salud de los menores e incrementa de forma alarmante los hábitos obesogénicos".
"La obesidad es una pandemia mundial y resulta inaplazable incrementar el control de este tipo de contenidos en el ámbito legal, autorregulatorio y deontológico de los medios digitales. La creatividad, la diversión o el mero entretenimiento no son argumentos suficientes para promover de forma persuasiva comportamientos que ponen en riesgo la salud física de los niños y niñas", concluyen las investigadoras.