El chocolate es uno de estos alimentos vanagloriados y odiados a partes iguales, dependiendo de su preparación, su forma de consumo y la época histórica en la que se analice. Solo en España se consumen alrededor de 4 kg de chocolate y derivados del cacao por persona y año, un romance que comenzó con la llegada de los europeos a América del Sur.
Recientemente, la edición estadounidense de The Conversation analizó brevemente la historia de esta planta índigena cuya historia se remonta siglos atrás, aunque su exportación hacia Europa no llegó hasta el pasado siglo XVI.
En su origen, el chocolate era una de las bebidas predilectas de los antiguos aztecas. El cacao se consumía en formato líquido, incluso con objetivos medicinales, siendo incluso un potencial tratamiento contra fiebre, diarrea, fatiga, angina y caries, entre otros muchos males.
Los aztecas creían que el cacao era un "elixir divino" a cargo de Quetzalcoatl, el dios del viento y la sabiduría. De ahí su nombre científico Theobroma cacao: "theos", que significa dios, y "broma", que significa comida. Era, en definitiva, la "comida de los dioses".
El principal responsable de la exportación de cacao hacia Europa fue el histórico conquistador español Hernán Cortés, que trajo esta planta del "Nuevo Mundo" tras su primera llegada al actual México en 1518. Allí, Cortés y sus hombres probaron la bebida "chikolatl", la cual contenía granos de cacao tostados y triturados, posteriormente hervidos con especias y chile. El chocolate de la época.
Realmente no fue la mejor experiencia para los españoles: creían que la bebida era amarga e incluso desagradable. Sin embargo, se fijaron en que el rey de los aztecas, Moctezuma II, consumía esta bebida al menos 50 veces al día, y por ello trajeron la planta del cacao a España tras su regreso al Viejo Mundo.
Aquí, en España y el resto de Europa, los granos de cacao también se trituraban, pero se mezclaban con miel y azúcar. Esto mejoró su sabor y popularizó la bebida entre los más adinerados. Durante el siglo XIX se fabricó la primera barra de chocolate a cargo de Joseph Fry, la cual es muy similar a las consumidas actualmente.
Sin embargo, no todas las formas del cacao, su procesado ni su consumo son iguales. Evidentemente tendrá diferente sabor según los diferentes componentes añadidos, pero también habrá diferencias en cuanto a mejoras para la salud se refiere.
Beneficios del consumo de chocolate
Según la evidencia actual, los granos de cacao naturales contienen una gran cantidad de antioxidantes; sin embargo, cuando estos granos se convierten en una barra de chocolate, el flavanol del cacao se reduce, y por tanto sus propiedades antioxidantes también. El cacao en polvo contiene casi 10 veces más flavonoides que el cacao procesado para convertirse en chocolate en barra.
Por su parte, los chocolates en forma de barras u onzas también difieren entre sí en cuanto a concentración de antioxidantes se refiere. Una porción de chocolate negro (más del 75% de cacao) puede contener casi 8 veces más flavonoides en comparación a la misma porción de chocolate con leche.
Se calcula que unos 25 g de chocolate negro contienen alrededor de 80 mg de flavonoides, y los estudios sugieren que los productos derivados del chocolate y el cacao con al menos 200 mg de este tipo de antioxidante aportaría beneficios a nivel cardiovascular al mejorar la elasticidad de los vasos sanguíneos. De hecho, incluso solo 80 mg de flavonoides al día parece mejorar esta elasticidad, algo que a largo plazo colaboraría en la regulación de la tensión arterial general.
La hipótesis que se baraja actualmente es que los flavonoides aumentan la concentración de óxido nítrico en el organismo, una molécula relacionada con la dilatación de los vasos sanguíneos y con propiedades antiinflamatorias, capaces de reducir la formación de coágulos sanguíneos. En conjunto, todos estos factores colaborarían en el control de la tensión arterial.
Por su parte, los flavonoides del cacao también parecen colaborar en el aumento del flujo sanguíneo cerebral, mejorando la salud de nuestro órgano pensante y protegiéndolo del deterioro cognitivo.
Finalmente, existe evidencia de que el chocolate, o concretamente los mencionados flavonoides, podría ayudar a mejorar la recuperación muscular gracias a sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias: una sola dosis de 15 g de cacao en polvo, con 1245 mg de flavonoides, habría demostrado mejorar esta recuperación muscular.