A medida que pasan los años, el metabolismo se ralentiza, se comienza a perder masa muscular y los niveles hormonales también se ven alterados. Esto provoca una serie de reacciones en el cuerpo como cambios de humor o aumento de peso. El cuerpo, a través de este proceso genera energía a partir de los alimentos, con la que realiza las funciones vitales, alimenta los músculos, mantiene la temperatura corporal y hace circular la sangre.
Existen distintas formas de ayudar a acelerar el metabolismo y por ende, quemar grasas. Por ejemplo, "hacer ejercicio y aumentar masa muscular, quema grasas y es capaz de acelerar nuestro metabolismo", explica Concepción Martínez, nutricionista deportiva. Aunque la experta también señala que cuando no se está realizando deporte, es el funcionamiento de órganos lo que ocupa la mayor parte de lo que llamamos metabolismo, ya que los músculos sin actividad apenas consumen.
Otra de las claves según Martínez, es un buen descanso, que en sí no acelera el metabolismo, pero dormir mal sí provoca un aumento de peso. Las personas con problemas para conciliar el sueño tienden a consumir más calorías de las que necesita su cuerpo, para contrarrestar, de forma inconsciente, la sensación de cansancio.
También señala que no hay que frustrarse, "el cuerpo va cambiando a lo largo de los años y no podemos esperar los mismos resultados y el mismo funcionamiento con 40 años que con 20", añade. Además, el ritmo de vida cambia, se tiende a ser más sedentario y tener menos tiempo para realizar actividades físicas por culpa del empleo y la familia. Para contrarrestar esto, es importante marcarse unos hábitos de vida saludables y tratar de hacer ejercicio todos los días, entre 150 y 300 minutos a la semana, como señala la Organización Mundial de la Salud.
También existen ciertos alimentos que pueden ayudar al organismo en esta tarea, acelerando el metabolismo y sobre todo, contribuyendo de otras formas como evitando la retención de líquidos o el aumento del colesterol. Aunque según destaca Martínez, "las cantidades son muy importantes, por eso repartir las comidas a lo largo de el día es clave para consumir porciones pequeñas y evitar atracones".
En cuanto a los alimentos que pueden ayudarte a perder peso y acelerar tu metabolismo, en el libro Llena tu plato, pierde peso, Sarah Mirkin señala algunos de ellos, coincidiendo con varios de los citados por Haylie Pomroy en Los alimentos del metabolismo acelerado.
Frutas
A las frutas se les suele atribuir la propiedad de adelgazantes, esto es porque son bajas en calorías y tienen un alto contenido en agua, lo que las hace perfectas para evitar la retención de líquidos gracias a sus propiedades diuréticas, como en el caso de las sandías. También son saciantes y contienen multitud de antioxidantes y vitaminas como la C y la D, como en las naranjas y los pomelos. "Los cítricos en general tienen bajos niveles de azúcar, por lo que son unos quemagrasas naturales", subraya Martínez.
Infusiones y café verde
Las propiedades del té son conocidas en el mundo entero y muchos estudios corroboran su efectividad, por ejemplo, sobre la oxidación de grasas en reposo y durante el ejercicio. Sus propiedades antioxidantes son compartidas con el café verde, una variedad de café sin tostar, al igual que las diuréticas que prevén la retención de líquidos. Martínez recomienda tomar entre 2 y 4 tazas de café o té verde para incluir antioxidantes en la dieta diaria.
Carne magra
Martínez recomienda priorizar la carne magra sobre la roja, ya que es más digestiva y contiene menos grasa. Además, la ingesta de proteínas activa el metabolismo, algo que también se puede conseguir con alimentos con proteínas vegetales. La nutricionista también recuerda retirar la grasa que pueda tener la carne de pollo, pavo o conejo, para evitar que el aporte de lípidos no sea mayor que el desgaste.
Pescado
Además del excelente aporte de proteínas que supone el pescado como el salmón o el pez espada, contiene ácidos grasos beneficiosos como el omega 3, grasas necesarias para fortalecer neuronas, cuidar el corazón y el sistema circulatorio. Además, contribuye a mantener los niveles normales de colesterol, en concreto, según la Fundación Española del Corazón (FEC). Pescados como la merluza, el lenguado o el bacalao también son beneficiosos para aportar nutrientes al organismo sin apenas grasa.
Cereales integrales
La ingesta de carbohidratos es necesaria, ya que son una fuente de energía. En el caso de los cereales integrales como el trigo, la avena, el maíz o el arroz, la nutricionista señala que al ser de digestión lenta, es decir, el organismo tarda más en procesarlo, se gasta más energía en el proceso, por lo que son ideales en las dietas de pérdida de peso. Además, regulan los picos de glucosa y su consumo se relaciona con la reducción del riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, obesidad y algunos tipos de cáncer como el de colon. También contienen más nutrientes esenciales como el zinc, la vitamina E, la B6, el magnesio y la fibra.