Comer un plato de alubias como los que preparaban nuestras abuelas no siempre está al alcance de todos; algunos porque no tienen tiempo para prepararlas y otros porque no tienen demasiada destreza entre fogones. Para resolver esta nostalgia por la fabada de las abuelas —y, especialmente, la de las abuelas asturianas— las industria alimentaria creó para España la fabada de bote.
Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), estas conservas aparecieron en el mercado hace ya unos 25 años y, poco después, algunas se popularizaron por la anciana que las publicitaba invitándonos a comer al estilo más tradicional. Ahora las latas de fabada son una opción muy habitual para echar en el carrito en la compra semanal porque tienen un sabor muy especial para nosotros y, además, se preparan rápido.
En este sentido, la OCU ha realizado un estudio de las fabadas de bote del supermercado para determinar cuál es su calidad. En total, el organismo de consumo ha analizado 22 productos de este tipo y, en general, aseguran que "están bien". Con respecto al índice de Nutriscore —que clasifica a los productos alimentarios de saludables a perjudiciales—, la mayoría de las fabadas eran de la clase B, otras siete, clase A y sólo 4 pertenecían a la C.
En general, buenas
Es decir, las fabadas de bote analizadas se encontraban en las tres mejores clases de este sistema de puntuación. De todas ellas destacan que, mientras que la receta original tiene muchas grasas, las que se venden en bote tienen un contenido aceptable: "el contenido medio es de un 9%. En cuanto a las grasas saturadas que provienen del embutido y cuyo consumo conviene limitar, rondan el 3% del producto, lo cual es positivo".
La OCU también valoró de manera positiva que el contenido de sal no era muy elevado y que contenían una buena proporción de proteínas de buena calidad. Además, a este contenido se suma un cierto porcentaje de fibra que proviene de las alubias. De las 22 fabadas que analizaron, 13 de ellas no contaban con aditivos y, aunque son seguros, la OCU valora positivamente que su presencia sea baja o nula porque esto indica que su grado de procesamiento es menor.
La mejor del 'súper'
De esas 22 latas de fabada, la OCU escogió a la de la marca blanca de los supermercados Eroski como la mejor de todas: otorgó a este producto 75 puntos sobre un total de 100. Sus puntos fuertes fueron el hermetismo de la lata que aporta una alta seguridad al producto y sus ingredientes, entre los que no se encontraron aditivos. Cada lata de este producto tenía un precio de 1,05 euros.
El 55% de la composición del producto está formado por alubias cocidas, la otra mitad está compuesta por agua, tocino, chorizo, morcilla, grasa de cerdo, sal y pimentón. Esta lata contiene 435 gramos de fabada y, cada 100 gramos de este alimento, suponen 152 kilocalorías en total. Esta lata de fabada fue considerada como la mejor y, además, una compra maestra debido a su precio.
Sin embargo, la OCU también ha destacado otras dos fabadas de marca blanca por sus buenas características nutricionales y su precio reducido. Estas son las fabadas de la marca Auchan de Alcampo —que fue mejor valorada que su variante gourmet— y la fabada asturiana de los supermercados Ahorramás, de su marca blanca Alipende.