La Unión Europea alerta de un brote de salmonela a raíz del consumo de huevos de origen español que afecta a seis países y deja centenares de damnificados, incluidas al menos dos muertes. El Centro Europeo para el Control y la Prevención de Enfermedades (ECDC) y la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) notifican que la contaminación ha provocado hasta ahora 272 casos y la cepa podría circular por más granjas, por lo que plantean un riesgo de nuevas infecciones en los próximos meses.
Según informa El País, 25 personas han requerido hospitalización de un total de 216 casos en Francia, 22 en España, 12 en Países Bajos y otros 12 en Reino Unido. Las dos víctimas mortales confirmadas a raíz del brote se han producido en España y Francia, respectivamente. Es en este último país, el más afectado, en donde se inició la investigación de las agencias en septiembre de 2021 tras detectarse un alza de las infecciones por salmonelosis.
La secuenciación genética de las muestras ha determinado que todos los casos se relacionan con una misma cepa de Salmonella enterica, cuyo origen ha sido localizado por trazabilidad en tres granjas de productores españoles diferentes. Estos productos habrían sido distribuidos a continuación por un proveedor sin identificar, 'Centro Español de Envasado A' (Spanish Packing Centre A) y llegaron a establecimientos de hostelería franceses, donde se produjo la infección.
Parte de estos huevos frescos producidos en las granjas españolas señaladas también ha sido distribuidos para servir de ingredientes en otras industrias alimentarias. Así mismo, el organismo establece conexiones microbiológicas entre actual brote de salmonella y otro ocurrido en 2019 en Países Bajos. lo que apunta a una amplia expansión de la cepa, afectando a la red de suministro alimentario.
Si bien es cierto que existen multitud de bacterias y virus capaces de producir intoxicaciones alimentarias, destacando entre ellas la Escherichia coli o E. coli, la salmonella también es uno de los agentes toxinfecciosos más prevalentes.
Este microorganismo no muere por congelación, como sí lo hace el anisakis si se congela el pescado correctamente. Y, de hecho, la salmonella puede seguir siendo infecciosa a temperaturas bajo cero.
La salmonela puede multiplicarse en los alimentos a temperaturas superiores a 7ºC, por lo que existe cierto peligro si se consumen alimentos que se mantienen demasiado tiempo a temperatura ambiente.
En general, las personas que tienen una infección por salmonela no tienen síntomas. Otras manifiestan diarrea, fiebre y calambres abdominales entre las 8 y las 72 horas después de haber entrado en contacto con el patógeno. La mayoría de las personas sanas se recuperan en unos pocos días sin tratamiento específico.
En general, los signos y síntomas de la infección por salmonela duran de dos a siete días. La diarrea puede durar hasta 10 días, aunque pueden pasar varios meses hasta que los intestinos vuelvan a la normalidad.
En algunos casos, la diarrea asociada con la infección por salmonela puede deshidratar al punto de requerir atención médica. También pueden presentarse complicaciones que ponen en riesgo la vida si la infección se propaga más allá de los intestinos. El riesgo de adquirir la infección por salmonela es mayor si viajas a países con condiciones de higiene deficientes.
Aunque el tratamiento más habitual de la salmonelosis es la hidratación para reemplazar los líquidos y los electrolitos que se pierden por la diarrea persistente, en ocasiones es necesaria la administración de antibióticos para matar la bacteria. Esto suele suceder cuando el caso es grave o los médicos sospechan que la infección ha ido más allá del sistema digestivo y ha podido entrar en el torrente sanguíneo.