No es infrecuente que una investigación nutricional socave algunas evidencias sobre nuestra alimentación que creíamos grabadas en piedra. Sucedió, por ejemplo, en octubre de 2019, cuando un polémico estudio 'indultó' a la carne roja y procesada, sosteniendo que las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) no justifican la reducción de su consumo en base a la evidencia.
Ahora, un nuevo trabajo en base a datos lanza una carga de profundidad contra la relación entre la dieta basada en plantas y la salud del corazón. Pese a que no discute la necesidad de mantener una dieta rica en verduras para obtener beneficios indispensables para la salud, concluye que no existe una relación directa y demostrable entre comer más vegetales y reducir el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.
Los investigadores de las universidades británicas de Oxford y Bristol (Reino Unido) y la china de Hong Kong (China) concluyen en el artículo publicado en la revista Frontiers in Nutrition que no han hallado pruebas de que la ingesta de vegetales crudos o cocidos sea efectiva para prevenir los problemas cardíacos y arteriales. Es "improbable", afirman, que aumentar su consumo tenga por sí solo una posibilidad de influir sobre el desarrollo o prevención de una enfermedad cardiovascular (ECV).
Esto entra en contradicción con otros estudios observacionales, como el que determinó que las personas que consumían de forma regularunos 200 gramos diarios de verduras ricas en nitratos, como las verduras de hoja verde (espinacas, canónigos, rúcula, brotes) y la remolacha, tenían unos mejores niveles de tensión arterial, y menor riesgo cardiovascular en general. Una dieta rica en fruta, verduras y legumbres se ha asociado también a una reducción de hasta el 60% de las ECV.
Sin embargo, los investigadores consideran que estos estudios se han visto afectados por factores de confusión. No han tenido en cuenta datos socioeconómicos o de estilo de vida, afirman, presentes en los grandes 'comedores de verdura' y que sí se relacionarían con la reducción del riesgo cardiovascular. Para demostrarlo, partieron de los datos del estudio de gran escala UK Biobank, que monitoriza el estado de salud de medio millón de voluntarios en el Reino Unido, registrados entre 2006 y 2010 y que responden regularmente sobre su dieta, estilo de vida e historial médico.
"El UK Biobank es un estudio prospectivo a gran escala sobre cómo la genética y el entorno contribuyen al desarrollo de las enfermedades más comunes y mortales", explica en un comunicado Naomi Allen, científica jefe y coautora del estudio. "Hemos usado el seguimiento de gran tamaño y a largo plazo del Biobank y la información detallada sobre factores sociales y de estilo de vida para evaluar la relación entre la ingesta de verduras y el riesgo de ECV".
Para esta investigación, los expertos utilizaron las respuestas de 399.586 participantes sobre su consumo de verdura. El 4,5% de los encuestados desarrolló una ECV durante el periodo analizado. A continuación las relacionaron con otros posibles factores, como el ejercicio físico y las condiciones demográficas. Así, descubrieron que el riesgo de morir de una ECV era un 15% más bajo entre aquellos con el mayor consumo de verduras que en el segmento de menor ingesta. Esto, en principio, confirma la evidencia mayoritaria.
Sin embargo, "ese efecto aparente se debilitó sustancialmente cuando se tuvieron en cuenta otros posibles factores socioeconómicos, nutricionales y médicos", afirman los investigadores. Al introducir esos factores, la capacidad predictiva del consumo de verduras como factor de control de la enfermedad cardiovascular se redujo en un 80%.
"Nuestro estudio no halló pruebas de un efecto protector del consumo de verduras contra las ECV. En su lugar, nuestros análisis muestran que es muy probable que el aparente efecto protector de las verduras esté marcado por un sesgo que no tiene en cuenta otros factores", afirma el Dr. Qi Feng, investigador de Oxford y autor principal del estudio.
Cinco raciones
¿Significa esto que la recomendación de tomar cinco piezas de fruta y verdura al día queda obsoleta? No, matiza su colega, el Dr. Ben Lacey: el hecho es que quienes siguen esta alimentación están más sanos que quienes comen más alimentos cárnicos, grasos y azucarados. "El estudio es importante para entender el problema de las enfermedades cardiovasculares tradicionalmente atribuida a la falta de verduras en la dieta", explica.
Eso no es óbice, sin embargo, para que "seguir una dieta equilibrada y mantener un peso saludable siga siendo una parte importante de una buena salud que reduzca el riesgo de padecer enfermedades importantes, incluidos algunos cánceres. Se recomienda ampliamente el consumo diario de al menos cinco raciones de una variedad de frutas y verduras", concluye.