El tomate es el auténtico tesoro rojo de nuestra huerta, un bocado sabroso e imprescindible de la temporada veraniega que además tiene pocas calorías y muchas cualidades nutritivas. Fruto de una planta de la familia de las solanáceas, es originario de Perú y su nombre deriva del azteca tomat. Llegó a Europa con los conquistadores españoles, pero no fue hasta finales del siglo XVIII cuando comenzó a cultivarse con fines alimentarios. Ahora, según el último Informe Anual de Consumo del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en España se toman al año 14,61 kilos por persona.
Aunque lo hemos desterrado del frutero, el tomate es una fruta compuesta en su mayoría por agua, azúzares simples y algunos ácidos, como el cítrico y el málico, lo que hacen que sea apetitoso y digestivo. Una de sus cualidades más valoradas se la otorga el trío de vitaminas antioxidantes: C, E y A, esta última a través del betacaroteno. No en vano, tomar unos 200 gramos cubre el 80% de la cantidad diaria recomendada de vitamina C. Sin embargo, tiene también vitaminas del grupo B como el ácido fólico y minerales como el potasio, que ayuda a la función nerviosa y al ritmo cardíaco. Desde la Fundación Española del Corazón resaltan que contribuye además a prevenir el ictus en un 59%.
Otra de sus grandes virtudes reside en su contenido en licopeno, un pigmento carotenoide que tiene efectos antioxidantes y le otorga su característico color rojo. Entre sus propiedades figura la protección celular del estrés oxidativo producido por radicales libres. El tomate se encarga de velar por la salud de nuestra piel, de los huesos y también por el buen funcionamiento del tránsito intestinal. A nivel científico, los investigadores destacan que es un interesante reservorio de genes, puesto que así les ofrece la posibilidad de realizar modificaciones genéticas para cooperar en tratamientos de enfermedades, como es el caso del Parkinson.
Valor nutricional del tomate
El valor nutricional por 100 gramos de tomate, según la Fundación Española de Nutrición (FEN) es el siguiente:
Calorías: 22 kcal
Grasas totales: 0,11 gramos
Hidratos de carbono: 3,5 gramos
Fibra: 1,4 gramos
Agua: 94 gramos
Calcio: 11 miligramos
Magnesio: 10 miligramos
Potasio: 290 miligramos
Fósforo: 27 miligramos
¿Cuántas calorías tiene un tomate?
Tal y como apunta la FEN, 100 gramos de tomate nos aportan 22 calorías y, por lo tanto, un tomate entero (que suele pesar unos 250 gramos) estaría sumando únicamente 55 calorías a nuestro plato. Se trata de un alimento hipocalórico que no va a engordar por sí mismo y contiene además una proporción de fibra que favorece la evacuación, además de un alto porcentaje de agua que llega al 94%. Aporta, por lo tanto, una sensación de saciedad muy valorada por las personas que están realizando dietas de adelgazamiento.
¿La salsa de tomate engorda?
No obstante, que el tomate no engorde por sí mismo no quiere decir que lo que hagamos con él siga siendo inocuo a nivel calórico. La salsa de tomate es una de las más recurrentes de nuestra cocina y, en el caso de la que hacemos en casa, puede subir ya a las 102 calorías por 100 gramos mientras que las que podemos adquirir en el supermercado elevan la cantidad hasta las 300 calorías en muchos de los casos. Se trata de una elaboración muy polivalente que se combina con pastas, pescados, carnes, arroces o verduras, entre otras muchas opciones.
Lo más recomendables es hacerla casera para evitar todo un entramado de añadidos que juegan en nuestra contra y eso no significa que tengamos que pasarnos horas en los fogones. De hecho, sin ir más lejos, podemos ahorrarnos la faena de pelar y cortar los tomates usando como base el tomate triturado del súper que, tal y como asegura la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), solamente añade algunos ingredientes diferentes al natural, como la sal y el ácido cítrico.
Si lo comparamos con el tomate frito, mientras que éste tiene marcado un mínimo de 25% de tomate y muchas marcas no pasan de ahí completando la receta con ácido cítrico, aceite, azúcar, sal, ajo, cebolla y, en ocasiones, aroma, jarabe de glucosa y almidón de maíz, el triturado lleva hasta un 99,5% de tomate natural, lo que supone una gran diferencia. Teniendo esto claro, la elaboración de una buena salsa que no incremente sus calorías dependerá del resto de ingredientes, como el aceite, la cebolla, el ajo o la zanahoria. En todo caso, desde Cocinillas nos brindan una forma fácil de elaborarla para quedar como un auténtico chef.
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