Eliza Cheng es nutricionista en Loma Linda, la 'zona azul' de EEUU

Eliza Cheng es nutricionista en Loma Linda, la 'zona azul' de EEUU

Nutrición

Soy nutricionista en la ciudad más longeva y esto es lo que no bebo jamás: España lo toma a diario

Su consumo se ha disparado entre todas las capas de población en nuestro país, especialmente entre los más jóvenes.

30 agosto, 2024 02:26

El consumo de sustancias legales pero nocivas es motivo de preocupación social. A los clásicos alcohol y tabaco se suman ahora las bebidas energéticas, un consumo aún más inquietante al proliferar entre los más jóvenes. Según la Encuesta sobre uso de drogas en Enseñanzas Secundarias en España (ESTUDES), alrededor del 50% de los estudiantes de entre 14 y 18 años las toma, con una clara tendencia al alza. Los riesgos se multiplican si, además, se mezclan con alcohol

Las opiniones de los especialistas son claras y contundentes. Las bebidas energéticas no son nada saludables ni recomendables. Así lo explica Eliza Cheng, nutricionista de Loma Linda, una ciudad californiana que es catalogada como una 'zona azul' del planeta en la que la vida de sus habitantes es especialmente larga y saludable. Un hecho que se debe a algunas características en común, como la reducción del estrés, el moverse frecuentemente a lo largo del día, el tener un sentido de propósito claro y el llevar una dieta principalmente de origen vegetal.

En el medio CNBC Cheng ha señalado que las bebidas energéticas son un alimento ultraprocesado que siempre evita. "Las bebidas energéticas se han popularizado a través de las redes sociales a lo largo de los años. A menudo se las comercializa como soluciones rápidas para aumentar la energía, recargar energía antes de hacer ejercicio y mejorar el estado de alerta. Sin embargo, como dietista, recomiendo tener precaución", señala.

Tres razones contra estas bebidas

Las bebidas energéticas pueden alterar el sueño y el apetito. Uno de los principales ingredientes en muchas bebidas energéticas es la cafeína. Si bien puede mejorar la alerta y la concentración, "el consumo excesivo de ella puede llevar a efectos adversos como el aumento de la frecuencia cardíaca, la presión arterial alta y la ansiedad", advierte. Además, puede alterar los patrones de sueño, lo que puede llevar a fatiga y a una mayor dependencia de estas bebidas.

Otra característica de las bebidas energéticas es que pueden elevar el azúcar en sangre y aumentar la inflamación. Una lata típica de bebida energética a menudo contiene "hasta 30 gramos de azúcar por porción", explica. Demasiada azúcar puede contribuir a varios problemas de salud, como "el aumento de la inflamación y problemas dentales".

Además de la cafeína y el azúcar, las bebidas energéticas pueden incluir otros estimulantes como el guaraná y la taurina. "Si bien estos ingredientes son generalmente reconocidos como seguros", sus efectos combinados con la cafeína "no están tan bien investigados" y podrían plantear riesgos adicionales para la salud.

Otra razón para evitar las bebidas energéticas es que pueden afectar la salud física y mental. "El consumo frecuente de bebidas energéticas está asociado con un aumento en los síntomas de ansiedad, depresión y estrés", según han demostrado estudios, así como con "un aumento sustancial en la norepinefrina", una hormona del estrés que podría aumentar la frecuencia cardíaca y la presión arterial.

"Las respuestas individuales a las bebidas energéticas pueden variar significativamente". Factores como la edad, el uso de medicamentos y las condiciones de salud subyacentes pueden influir en cómo reacciona tu cuerpo a estas bebidas. Sabiendo esto, "es importante consultar con un médico antes de consumir bebidas energéticas regularmente", especialmente si tienes alguna preocupación de salud previa.

Como dos cafés de golpe

En España, también son muchas las voces que pretenden llamar la atención sobre este excesivo consumo de bebidas energéticas. Una de las entidades que ha mostrado su preocupación al respecto es la Asociación Española de Pediatría (AEP). “Las consecuencias para la salud de este exceso de cafeína en el organismo, especialmente en la población infanto-juvenil, son todas deletéreas: afecta negativamente a la microbiota intestinal, fomenta las alteraciones del sueño y la excitabilidad, puede causar caries, náuseas, vómitos y problemas en el sistema cardiovascular como arritmias, taquicardias o hipertensión arterial”, explican. 

Unas circunstancias que no son siempre bien conocidas por los consumidores. tal y como explica la Dra. Rosaura Leis, coordinadora del Grupo de Nutrición y Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría. “Tanto los niños como las familias tienen poca información sobre lo que supone consumir este tipo de bebidas estimulantes”, apunta. “La mayoría supera los 32 mg de cafeína por cada 100, eso son 80 miligramos por lata, la cafeína equivalente a tomarse dos cafés de golpe, algo que no daríamos nunca a un niño”, opina.

Para tratar de acabar con esta plaga de bebidas energéticas, lo importante es modificar los hábitos tanto en alimentación como en actividad física. Así, Cheng plantea algunas alternativas, tales como el agua, el té verde, las infusiones, el agua de coco y la kombucha.

Pero, sobre todo, si alguien necesita constantemente impulsos de energía, la mejor opción es "considerar hablar sobre el estilo de vida y los patrones de alimentación con un dietista registrado". Eso podría ayudar a "identificar una relación más saludable y sostenible con la comida y el propio cuerpo".