Los 10 síntomas que indican que tienes un déficit de vitamina C: por qué debería preocuparte
- Es un nutriente fundamental que se encuentra en múltiples alimentos, aunque muchos no consumen las cantidades recomendadas.
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"La vitamina C debe estar siempre presente en nuestra dieta, ya que es un potente antioxidante que favorece la absorción de hierro, tiene un papel importante en la síntesis de colágeno y reduce la posibilidad de infecciones”. Así de tajante se muestra la Fundación Española de Nutrición (FEN) al referirse de la necesidad de incluir en nuestra dieta las cantidades adecuadas de vitamina C.
A pesar de ello, hay estudios que afirman que la población española no consume las cantidades recomendadas. Uno de ellos, denominado Ingestas dietéticas y fuentes de zinc, selenio y vitaminas A, E y C en población española, elaborado por la FEN en 2017 ya lo avisaba. El 29% de la población adulta española y el 56% de toda la población adulta europea incumple los objetivos alimentarios.
La buena noticia es que esta deficiencia puede revertirse fácilmente adoptando una alimentación adecuada y equilibrada. Por ello, resulta fundamental conocer las señales que nuestro cuerpo nos envía cuando enfrenta una insuficiencia de este nutriente para solucionarlo cuanto antes.
Fatiga constante y falta de energía. Uno de los primeros signos de una deficiencia de vitamina C es una sensación persistente de cansancio. La vitamina C es esencial para la producción de carnitina, un compuesto que ayuda a las células a generar energía a partir de los ácidos grasos. Su ausencia puede provocar un agotamiento inexplicable, que suele ser confundido con estrés o sobrecarga laboral.
Encías inflamadas o sangrantes. Las encías son uno de los tejidos más afectados por la falta de vitamina C. Esta vitamina es fundamental para la síntesis de colágeno, una proteína que da soporte estructural a los tejidos. La deficiencia puede provocar encías inflamadas, dolorosas y propensas a sangrar, además de aumentar el riesgo de pérdida dental debido a la debilidad de los tejidos de soporte.
Aparición de moratones y hemorragias. Cuando se observa la aparición de hematomas con facilidad o sangrados nasales frecuentes, podría tratarse de un signo de debilitamiento en los capilares. La vitamina C desempeña un papel esencial en el fortalecimiento de las paredes de los vasos sanguíneos, y su deficiencia puede incrementar su fragilidad.
Cicatrización lenta de heridas. La regeneración de tejidos depende directamente del colágeno, cuya producción está regulada en gran medida por la vitamina C. Una herida que tarda mucho en sanar puede ser un signo claro de deficiencia, lo que también aumenta la vulnerabilidad a infecciones.
Problemas articulares y musculares. La producción insuficiente de colágeno también puede acelerar el deterioro del cartílago que protege articulaciones, codos o muñecas. Esto también puede conducir a debilidad muscular y problemas de movilidad a largo plazo.
Cambios en el estado de ánimo. Niveles bajos de vitamina C pueden desencadenar irritabilidad, estrés y comportamientos depresivos. La causa se encuentra en el papel que juega en la regulación de neurotransmisores y hormonas, como la dopamina y el cortisol, que afectan directamente el estado emocional.
Problemas de la piel y del cabello. La piel seca, áspera y propensa a la formación de arrugas puede ser otro indicador temprano de deficiencia. Además, el cabello quebradizo y la caída excesiva se relacionan con la disminución de colágeno y el debilitamiento de los folículos pilosos.
Cambios en el color de las mucosas. La palidez de las mucosas, como la parte interna de los labios o el revestimiento de las mejillas, puede indicar niveles bajos de vitamina C. Este signo, a menudo pasado por alto, refleja una deficiencia celular general que afecta a los tejidos más expuestos.
Enfermedades cardiovasculares tempranas. Aunque múltiples factores contribuyen al desarrollo de problemas cardíacos, una deficiencia de vitamina C puede ser un factor agravante. La vitamina C ayuda a combatir el estrés oxidativo y mantener la elasticidad de los vasos sanguíneos. Su deficiencia puede suponer un mayor riesgo de aterosclerosis y otros trastornos cardiovasculares.
Escorbuto en los casos más graves. Aunque afortunadamente su incidencia es mínima, el escorbuto es la manifestación más grave de la deficiencia prolongada de vitamina C. Históricamente asociada con los marineros que pasaban largos periodos sin acceso a frutas frescas, esta condición causa síntomas como anemia, encías inflamadas, hemorragias internas, manchas en la piel, pérdida de dientes y cicatrización deficiente.