En España, aunque cada vez se sabe más sobre las diferentes sustancias potencialmente tóxicas que ingerimos cada día, la realidad es que aún hoy por hoy es complicado saber qué alimento, o sustancias contenidas dentro de él, pueden habernos jugado una mala pasada.
Si bien es cierto que las intoxicaciones alimentarias son relativamente fáciles de reconocer, los aditivos alimentarios juegan en otra liga: muchos alimentos, sobre todo procesados y ultraprocesados, contienen aditivos poco conocidos para la ciencia. Y algunos pueden ser dañinos.
Ese sería precisamente el caso de la carboximetilcelulosa, un aditivo sintético ampliamente utilizado como aditivo alimentario, pero que se habría relacionado con perjuicios para la microbiota intestinal. Se encuentra como emulsificante en toda una serie de productos ultraprocesados, del café al chocolate pasando por las salchichas o el queso rallado.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Universidad Estatal de Georgia, la Universidad Penn State, la Universidad de Pensilvania, el Instituto Max Planck (Alemania) y el INSERM de Francia han colaborado en la investigación publicada recientemente en la revista Gastroenterology.
La carboximetilcelulosa o CMC es un aditivo alimentario sintético ampliamente usado, del grupo de los emulsionantes, los cuales suelen agregarse a muchos alimentos procesados con el objetivo de mejorar su textura y prolongar su vida útil. La realidad es que la CMC no se ha probado exhaustivamente en humanos, pero sí se ha utilizado como aditivo alimentario desde la década de 1960.
¿Un aditivo seguro?
Durante décadas, se ha asumido que este aditivo era seguro para la ingestión humana, y que se eliminaría totalmente por las heces sin llegar a ser absorbido. Sin embargo, la realidad es más compleja, más si cabe actualmente cuando no son pocos los estudios que han detectado beneficios a través de las bacterias que conviven dentro del colon. El microbioma y su estabilidad y salud son esenciales para mantener el bienestar del organismo humano.
Estas bacterias interactúan con los alimentos que consumimos, y sobre todo con aquellas partes que no llegan a absorberse a lo largo del tracto gastrointestinal, como es precisamente el caso de los aditivos no aborbidos como la CMC.
En experimentos previos en ratones se ha podido objetivar que la CMC y otros emulsionantes serían capaces de alterar el microbioma intestinal e incluso causar graves enfermedades inflamatorias crónicas, como colitis, síndrome metabólico e incluco cáncer de colon.
En el caso del nuevo estudio de colaboración internacional, los investigadores habrían analizado los efectos de la CMC en voluntarios sanos mediante un ensayo clínico aleatorizado: todos consumieron la dieta en el laboratorio. Un grupo consumió una dieta libre de aditivos y el otro grupo la misma dieta pero complementada con carboximetilcelulosa. Dado que las enfermedades descritas en ratones tardarían años en manifestarse en humanos, lo que hizo el equipo de investigación es analizar las bacterias y metabolitos intestinales tras su interacción con la CMC.
Algunas conclusiones
Según sus hallazgos, el consumo de este aditivo cambiaría la composición del microbioma intestinal, reduciendo determinadas especies. Además, se objetivó una reducción significativa de metabolitos beneficiosos para la salud en las heces de los voluntarios sanos, algo que implicaría una peor salud para el colon.
Para finalizar el experimento, los investigadores realizaron colonoscopias a los participantes al inicio y final del estudio, detectando que una parte de los participantes que consumieron CMC también mostrarían signos compatibles con las enfermedades inflamatorias intestinales y la diabetes tipo 2.
Si bien es cierto que el estudio fue de corta duración, con apenas dos semanas, y por tanto no es posible detectar graves enfermedades en tal lapso temporal, los resultados apoyarían la hipótesis de que elconsumo de CMC a largo plazo sí podría promover la aparición de enfermedades inflamatorias intestinales. Aún así, serán necesarios más estudios para clarificar estas conclusiones.
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