Lo que tienen las Navidades es que, antes de que uno se dé cuenta, ya se ha tomado un café con leche y dos polvorones, una copita de licor de ese que nuestro suegro saca en ocasiones especiales, dos cervezas con una tapa de gambas al ajillo, un plato de lomo ibérico... y ojo, que todavía no es ni la hora de almorzar. ¿Pueden evitarse estos excesos o son cosustanciales a las fechas en que estamos?
Afortunadamente para nosotros, hay científicos encargados de estudiar nuestro comportamiento en lo que a consumo de alimentos se refiere. A lo largo del año, Brian Wansick y sus investigadores del Food and Brand Lab de la Universidad de Cornell (EEUU) ponen a prueba, por ejemplo, a 40 alumnos dándoles galletas "sanas" o "no sanas" y valorando luego si siguen hambrientos o no.
La tesis de estos investigadores es que "la mayoría de nosotros no comemos de más porque tengamos hambre, sino a causa de nuestra familia y amigos, de los envoltorios, los platos, la cantidad, las etiquetas, las luces y otros factores ambientales".
Ahora, Wansick y su compañero Koert van Ittersum, de la universidad holandesa de Groningen, han editado el primer número de Journal of the Association for Consumer Research, una revista científica dedicada expresamente a este asunto de la que hemos extraído diez consejos, de diez artículos científicos, para sobrellevar con dignidad estas
pantagruélicas jornadas.
I. Ponga espejos en la cocina
Los espejos en la cocina nos hacen replantearnos dos veces la ingesta de comida poco saludable, como esos tentadores trocitos de turrón en un plato sobre la encimera, ha descubierto Ata Jami, de la Universidad Central de Florida: "Una mirada en el espejo le dice a la gente cosas más allá de su aspecto físico, les permite verse a sí mismos objetivamente y nos ayuda a juzgarnos de la misma forma que juzgamos a los demás".
II. Use platos pequeños
Cuando usamos platos de menor tamaño, reducimos el tamaño de la ración entre un 20 y un 25%, lo que significa... ¡más hueco para el postre! Los estudios de Stephen Holden, Natalina Zlatevska y Chris Dubelaar han determinado también en una revisión meta-analítica que "si doblamos el tamaño de la porción, el consumo de comida se incrementa de media en un 35%".
III. Los mensajes negativos son... negativos
Decirle a alguien que no coma galletas puede incrementar hasta en dos veces el número de galletas que acaban comiendo. Los autores de este estudio recomiendan emplear mensajes con dos caras, del tipo, "consume galletas, pero sin pasarte". Lo han descubierto tres investigadores de la Universidad del Estado de Arizona.
IV. Cuidado con la comida sana
Los consumidores suelen consumir de más alimentos light, no porque en realidad engorden menos, sino porque quienes los comen suelen pensar que estos alimentos saludables llenan menos, según informa un estudio de Jacob Suher, Raj Raghunathan y Wayne Hoyer, de la Universidad de Texas.
V. Si vas al McDonalds, pide lo más barato
Un estudio con scanners cerebrales demuestra que, incluso en locales de comida rápida, comprar lo más barato nos hace felices, aunque la cantidad de comida consumida sea menor.
VI. Mesa grande, ande o no ande
Al igual que los platos pequeños, servir la comida en mesas más grandes (PDF) conduce a consumir raciones más sensatas, según un estudio de Brennan Davis, Collin Payne y My Bui.
VII. Tenedor mejor que cuchara
Los investigadores Dipayan Biswas y Courtney Szocs hallaron que cuando comemos con tenedor en lugar de con cuchara solemos darle más importancia a las calorías que tiene la comida. "La próxima vez que usted tenga que optar por un cubierto, escoja el tenedor antes que la cuchara porque estará ayudando a mantener la línea", recomienda Biswas, de la Universidad de Florida Sur.
VIII. No te fíes de las etiquetas
Las calorías por ración normalmente llevan a comer de más sin darnos cuenta, dice un estudio de tres investigadores de la alemana Universidad de Gottingen.
IX. Cuanto menos vistoso sea el plato, menos comemos
Un trabajo de Sara Williamson, Lauren Block y Punam Keller, de la Universidad Saint Joseph's (Pensilvania, Estados Unidos) demuestra que la cantidad de comida ingerida en platos de cartón es mucho menor que con platos más lujosos, por ejemplo de cerámica. En contraste con esto, se malgasta más comida al emplear platos y vasos desechables en comparación con familias más pudientes.
X. Haz menos comida, verás como no la tiras
El investigador brasileño Gustavo Porpino realizó un meta-análisis de 24 estudios para determinar que las familias con pocos recursos acaban malgastando más comida. "Las estrategias empleadas para ahorrar, como la compra de comida al por mayor, excursiones mensuales al supermercado o la cocina casera, en realidad acaban generando más residuos comestibles", dice Porpino.
Quizá lo más destacado es que los autores de esta nueva revista toman a los consumidores por "listos, más listos de lo que mucha gente cree que son", según comentan desde el Food and Brand Lab de Cornell. "¿Hay pequeñas cosas, como señales en el supermercado o anuncios, que nos hagan hacer cosas estúpidas? Seguro. ¿Tenemos que estar tan vigilantes como para no cometer errores? No". Lo que esperan con este tipo de estudios es "dar a los consumidores pequeños atajos que los conviertan en compradores más inteligentes", apuntan Wansick y compañía.