Es uno de los medicamentos más usados y, paradójicamente, de los más cuestionados. Por esta razón, cada vez que un estudio da nuevos datos científicos sobre los anticonceptivos orales se vuelve a avivar la polémica sobre su seguridad, como acaba de suceder con un trabajo recogido en la última edición de la revista Jama Neurology.
La acusación es, en este caso, parcial y los propios autores de la investigación la matizan. En concreto, el uso de la píldora anticonceptiva ha demostrado en este estudio aumentar el riesgo de un tipo poco frecuente de infarto cerebral, la trombosis venosa cerebral (CVT, de sus siglas en inglés) sólo en un subgrupo de mujeres, las que padecen obesidad, o un índice de masa corporal (IMC, el resultado de medir el peso en kilos entre la altura en metros al cuadrado) superior a 30.
El problema es que, al menos en España, esa cifra no es pequeña, ya que se calcula que algo más de un 20% de las mujeres adultas de nuestro país está en ese rango. Pero entonces ¿dónde está el matiz? Que aunque el riesgo relativo se incrementa en hasta 30 puntos, las posibilidades reales de sufrir un evento de este tipo siguen siendo poquísimas.
Además, reflexionan los autores, del Academic Medical Centre de Amsterdam, desaconsejar la píldora a estas mujeres podría, paradójicamente, empeorar su salud, porque implicaría un aumento de embarazos no deseados y de casos de trombosis asociados a la gestación en obesas.
Más factores de riesgo
Para el ginecólogo Ezequiel Pérez Campos, del patronato de la Fundación Española de Contracepción, la solución de este galimatías pasa por la información y la mesura. El experto aclara a EL ESPAÑOL que la píldora es "el fármaco más estudiado" y que existen criterios muy claros para su prescripción.
Así, señala que en España está desaconsejado su uso -y no sólo el de la píldora, sino el de cualquier anticonceptivo hormonal -en mujeres obesas de grado II, es decir, aquellas cuyo IMC supera el 35. "Yo no creo que haya que bajar este rango por un sólo estudio, me parece prematuro", apunta. Eso sí, añade, las cosas cambian si esas mismas usuarias tienen otros factores de riesgo asociados, como diabetes, hipercolesterolemia o, sobre todo, tabaquismo.
"Cuando hablamos de riesgo de trombosis asociado al uso de la píldora, la suma de factores de riesgo va más allá de sumar, multiplica", advierte y señala que él "no recomendaría" contraceptivos orales a féminas con más de un factor de riesgo y obesidad de 30.
Un editorial que acompaña al estudio en la revista estadounidense apela también a la cautela a la hora de implementar sus conclusiones en la práctica clínica. "Se necesitan futuros estudios prospectivos sobre la asociación de la obesidad, el uso de anticonceptivos orales y el riesgo de CVT", escribe el neurólogo de la Universidad de Carolina del Sur Chirantan Banerjee.
No obstante, el experto considera que sí se ha de informar a las pacientes obesas de esta investigación y otras similares. Pérez Campos, por su parte, señala que él recomienda a las mujeres con un IMC de entre 30 y 35 que pierdan peso, pero porque la propia obesidad es, en sí, un factor de riesgo para este tipo de patologías.