Elegir un anticonceptivo puede ser en ocasiones cuestión de vida o muerte. Sobre todo si la opción es un embarazo no deseado que acaba en un aborto ilegal practicado en condiciones antihigiénicas y que multiplica el riesgo de la mujer embarazada.

Por esta razón, la salud reproductiva es una de las grandes protagonistas del congreso más multitudinario sobre salud, derechos y bienestar de la mujer, la Conferencia Women Deliver que se celebra esta semana en Dinamarca. 

En la sesión titulada Mi vida, mis derechos, mi futuro, expertas de todo el mundo debatieron sobre cómo empoderar a las mujeres, especialmente las jóvenes, para tomar decisiones informadas sobre contracepción. 

La recompensa a este objetivo se sostiene en cifras. Según la Organización Mundial de la Salud, cada año 21,6 millones de mujeres se someten a un aborto en malas condiciones. 18,5 de ellas en los países en vías de desarrollo. Esto se traduce en 47.000 muertes anuales. Muchas se podrían prevenir si hubieran optado por un método anticonceptivo. Pero, para ello, hay que saber que existen, cómo funcionan y cuál es el más adecuado para cada persona.

Se practican más de 21 millones de abortos ilegales al año.

Como explicó la vicepresidenta de la ONG Marie Stopes International, Megan Elliot, llegar a las mujeres jóvenes es una forma de reducir la morbilidad y la mortalidad en mujeres, pero también de disminuir el número de nacimientos. "¿Cómo seria nuestra economía entonces?", se preguntó la activista. 

La embajadora juvenil del Día Mundial de la Anticoncepción de Georgia, Gvantsa Khizanishvili, apuntó a una forma de lograrlo: acabar con los mitos que rodean a la anticoncepción, especialmente a la hormonal, única alternativa para muchas mujeres que no pueden ni plantear a sus parejas optar por el preservativo. 

En ese objetivo coincidió la ginecóloga Maria Virginia Abalos, miembro del grupo CARE, que explicó que a las adolescentes de todo el mundo, con independencia del estatus de desarrollo de su país, les preocupan "los cambios físicos por los que atraviesan", muchos de los cuales protagonizan dichos mitos. 

Ganancia de peso

Es una de las creencias más extendidas y de las que con más fuerza ha desmentido la ciencia. Una revisión de la Cochrane -entidad independiente que bucea por ensayos clínicos para emitir recomendaciones- concluyó en 2014 que la evidencia era insuficiente para afirmar que la píldora u otros anticonceptivos hormonales hacían engordar. "Hay que explicárselo así", subrayó Abalos. 

Acné

Cuenta un mito ampliamente extendido que el uso de la píldora se asocia al empeoramiento del acné, si se padece o a la aparición de granos. Como todo lo relativo al aspecto físico, es algo que preocupa a las adolescentes. Si bien ciertas píldoras pueden tener este efecto, los expertos aclaran que no sucede lo mismo con las de última generación, las más utilizadas. De hecho, algunos anticonceptivos orales se utilizan para el tratamiento del acné. Como siempre, la información y consulta con los proveedores de salud es la clave. 

Infertilidad posterior

Muchas mujeres jóvenes tienen claro que no quieren ser madres pronto, pero que desean formar una familia con posterioridad. Para ellas, es especialmente dañino el mito que afirma que la píldora causa infertilidad posterior, algo totalmente desmentido por la ciencia, que sostiene que es un método totalmente reversible.

Efecto teratogénicos

La preocupación por los efectos de la píldora con posterioridad a su uso va más allá. Hay un mito que dice que incluso si una mujer se queda embarazada tras la utilización de anticonceptivos hormonales, corre el riesgo de tener un niño con defectos de nacimiento o teratogénicos. "No hay evidencia significativa de que el uso de anticonceptivos orales tenga esta consecuencia", resaltó Avalos. Tampoco se asocia su uso a abortos espontáneos. 

El DIU, sólo para madres

Este mito está ampliamente establecido tanto en países en vías de desarrollo como en regiones más ricas. El dispositivo intrauterino (DIU) es uno de los anticonceptivos reversibles de alta duración más utilizados, pero a menudo sólo optan por él mujeres que ya han sido madres. La culpa es de la creencia generalizada de que está indicado sólo para este grupo de usuarias, algo que la ciencia también se ha encargado de desmentir. Un estudio publicado en la revista Contraception demostró que la mayoría de los DIU en el mercado son aptos para mujeres que nunca han dado a luz.

Noticias relacionadas