Mientras deportistas como Pau Gasol o -este mismo miércoles- el golfista Rory McIlroy expresan sus dudas sobre si asistir o no a los Juegos Olímpicos en Brasil por el virus del Zika, hay mujeres que sí tienen motivos reales para preocuparse. Se trata de las féminas embarazadas e infectadas por el virus que, según las estimaciones científicas, podrían tener entre un 1% y un 13% de posibilidades de dar a luz a bebés con microcefalia, un grave defecto neurológico.
Un estudio publicado en la última edición de The New England Journal of Medicine demuestra ahora que la demanda de abortos en los países más afectados por el patógeno se ha incrementado mucho más de lo esperado, con una peculiaridad añadida: en muchos de estos países la interrupción voluntaria del embarazo está prohibida o muy restringida.
Para llegar a esta conclusión, los autores liderados por la investigadora de la Universidad de Cambridge Catherine Aiken no han podido por lo tanto basarse en datos oficiales. Han tenido que recurrir a la asociación Women on Web (WoW), una entidad sin ánimo de lucro que provee de acceso a fármacos abortivos -mifespristona y misoprostol, la también conocida como píldora abortiva-a mujeres que lo solicitan por internet.
Comparación entre países
Los autores analizaron los datos sobre demanda de aborto a la asociación entre el 1 de enero de 2010 y el 2 de marzo de 2016 en 19 países latinoamericanos. Pero, en concreto, se fijaron en qué había pasado a partir del 17 de noviembre de 2015, fecha en la que la Asociación Panamericana de la Salud (PAHO) declaró una alerta epidemiológica sobre el asunto.
Además, dividieron a los países en tres grupos: el primero, la zona con transmisión autóctona del Zika, aborto legalmente restringido y políticas sanitarias por las que se advierte a las mujeres de los peligros asociados a una gestación con infección del Zika; el segundo, países con las mismas características pero en los que no se advierte a las embarazadas de la situación y, el tercero, los lugares donde el Zika no se transmite de forma autóctona en los que la interrupción voluntaria del embarazo también está prohibida.
Ejemplos del primer grupo son los países más afectados por el virus, como Brasil o Colombia. En el segundo, hay naciones como Panamá o Bolivia, mientras que en el tercero están países como Argentina o Perú. Los investigadores analizaron también los datos de tres países -Chile, Polonia y Uruguay- que ejercieron como grupo control, porque en ellos no se esperaba que hubiera un incremento de peticiones.
Incrementos destacados
En todos los países del primer grupo se registraron incrementos de peticiones de aborto respecto a lo habitual. Éstos oscilaron entre el 36% y el 108%. Sólo un país fue la excepción: Jamaica, donde, de hecho, se registraron menos requerimientos de lo esperado.
Los autores son cautos, no obstante y afirman que no se puede "atribuir definitivamente" esta rápida aceleración a la preocupación por la exposición al virus del Zika, aunque todo parece indicar que esa sería la causa.
Creen, además, que sus datos pueden quedarse cortos. "Muchas mujeres pueden haber optado por métodos inseguro, haber accedido a los fármacos a través del mercado negro o de proveedores locales", escriben, reconociendo que éstos son datos difíciles de conseguir.
Subrayan, eso sí, que sus estadísticas "ofrecen una buena fotografía de cómo la preocupación por el virus del Zika puede haber afectado las vidas de las mujeres embarazadas de Latinoamérica".