"Hay nerviosismo, se recuerda el caso de la auxiliar de enfermería [Teresa Romero, que se infectó con el virus del ébola mientras atendía a Manuel García Viejo, el misionero afectado por la enfermedad trasladado a España, que falleció poco después de su llegada]".
Un especialista en enfermedades infecciosas -prefiere no dar su nombre- que conoce bien el caso del varón de 62 años que se ha convertido en el primer fallecido por fiebre hemorrágica de Crimea-Congo (FHCC) en España ha contado a EL ESPAÑOL cómo se produjeron los hechos.
El médico ha querido dejar muy claro que no hubo negligencia al no buscar la FHCC en primer lugar, ya que no había habido ningún caso previo en España y no tenían por qué sospechar de esta patología.
Una diarrea estival
El paciente, comenta, llegó al hospital Infanta Leonor con un cuadro de diarrea. "En verano, lo normal es pensar que se trata de una infección vírica o bacteriana intestinal o estomacal, al principio no había ningún síntoma de fiebre hemorrágica". Esto coincide con las fases habituales en la FHCC, en la segunda de las cuales -periodo pre-hemorrágico- no hay pérdidas de sangre.
A pesar de acudir por una fuerte diarrea, el hombre, que ingresó el pasado 19 de agosto en el centro médico, en seguida comentó que le había picado una garrapata mientras daba un paseo por el campo en Ávila. "Se buscaron bacterias y virus transmitidos por garrapatas, que existen muchos, como las rickettsias", señala el experto.
En seguida, los acontecimientos se precipitaron y el varón desarrolló un fallo multiorgánico y una insuficiencia hepática que, según comenta el especialista, "puede producirse por múltiples causas, desde víricas a fármacos, pasando por intoxicaciones por consumo de setas". Éste, y no la sospecha de que padeciera FHCC, fue el motivo por el que el paciente fue trasladado al Hospital General Universitario Gregorio Marañón. Los médicos querían valorar la posibilidad de hacerle un trasplante hepático. No hubo tiempo. El paciente falleció el 25 de agosto.
Podía no haberse sabido
Si la historia hubiera terminado aquí, no se hubiera sabido que el fallecido era la primera víctima de la FHCC en España. En la autopsia no se buscó el virus, porque nadie sospechaba que hubiera sido el responsable de la muerte. Pero las cosas cambiaron cuando, unos días después, una de las enfermeras que atendió en la UCI al paciente, ingresó en su hospital con síntomas de fiebre hemorrágica.
Fue entonces cuando se encendieron las luces de alarma y se buscó en laboratorio el virus de la FHCC, lo que pasó este miércoles. "En cuanto dio positivo, se puso a la paciente en aislamiento, la reacción ha sido excelente", nos comenta el médico, que añade que es posible que se hayan producido otros casos en España "que hayan concluido con muerte fulminante y en los que no se haya buscado el virus".
Para este especialista, la situación que vivimos en la Comunidad no es alarmante, aunque sí digna de vigilancia desde el punto de vista de la Salud Pública. El experto confirma que los nervios son una realidad entre todas las personas que han tenido contacto con los dos afectados por la enfermedad, incluso cuando el riesgo varía mucho según la exposición. "No es lo mismo el personal que cuida a los enfermos, que el que ha recogido la basura de la habitación, pero todos están nerviosos", apunta.
En cualquier caso, el especialista niega con rotundidad que deba haber una alarma social. "No va a ser un ébola", vaticina.