Madrid se ha despertado este viernes con la noticia de que una cafetería de la calle Alcalá, perteneciente a la franquicia Granier, ha sido cerrada tras haber hallado varios roedores campando por su escaparate.
¿Debe considerarse un hecho aislado?
El número de inspecciones a locales de restauración comercial en la Comunidad de Madrid cayó en 2015 a su nivel más bajo de los últimos años, de acuerdo con datos de la Dirección General de Salud Pública de la CAM obtenidos por EL ESPAÑOL a través de su Portal de Transparencia.
Mientras en otros tipos de locales, como los comercios minoristas o los de restauración social (comedores escolares, residencias de la tercera edad, guarderías o albergues) las inspecciones alimentarias registraron un aumento el año pasado, no ocurrió así en los locales de restauración comercial, que incluyen desde restaurantes a cafeterías como Granier, donde las inspecciones descendieron un 12% con respecto al año anterior y un 26% con respecto a 2013.
El descenso en el número de inspecciones en este tipo de locales se corresponde también con una bajada de las denuncias por fraude, 259 frente a las 499 del año anterior.
Responsabilidad del ayuntamiento
Durante estas inspecciones, se revisan aspectos como el diseño y mantenimiento de los locales, el almacenamiento y conservación de los alimentos o la limpieza y desinfección de las instalaciones.
Desde la Consejería de Sanidad aclaran a este periódico que "el control de la seguridad alimentaria en el comercio minorista y en la restauración se comparte entre la Consejería y, en su caso, los ayuntamientos que cuentan con personal inspector propio, como el municipio de Madrid".
EL ESPAÑOL se ha puesto también en contacto con el Departamento de Coordinación de Salud Pública del Ayuntamiento de Madrid, que, sin embargo, deja claro que "los inspectores de la Comunidad de Madrid, con carácter general, ejercen su labor de inspección fuera del ámbito de la ciudad de Madrid".
Existen excepciones, como las industrias alimentarias radicadas en el municipio de Madrid o actividades de restauración colectiva en hospitales públicos, que recaen en los inspectores de la Comunidad de Madrid. La cafetería de la calle Alcalá, sin embargo, no es una de estas excepciones.