Aunque para algunos la dieta sin gluten es indispensable para sobrevivir debido a la alergia que sufren a esta proteína, por desgracia llevar a cabo una estricta dieta sin gluten puede conllevar algunos peligros añadidos.
Últimamente se ha puesto de moda comer sin gluten, como si fuese necesario o más sano. La realidad es que solo aquellos que han sigo diagnosticados de alérgicos al gluten o enfermedad celíaca (un 1% de la población) deben llevar a cabo una dieta estrictamente sin gluten, y nadie más. Y no es por gusto, ni por ser más sanos, es por necesidad.
Ahora bien, ¿y si la dieta sin gluten se asociase otros riesgos? Eso precisamente es lo que sugiere un reciente estudio publicado en la revista Epidemiology: una dieta libre de gluten aumenta el riesgo de exposición a metales tóxicos como el arsénico o el mercurio, los cuales han demostrado producir enfermedades cardiovasculares, enfermedades neurológicas (como la que sufría el conocido Sombrerero Loco) e incluso cáncer.
La dieta sin gluten ha demostrado ser más cara, pero no por ello más sana. Aún así, repetimos, es necesaria para todo aquel que sufra enfermedad celíaca. La falsa moda de que "comer sin gluten es más sano porque reduce la inflamación" no es más que una gran farsa que ha sido desmentida varias veces por la comunidad científica.
Muchos de estos productos sin gluten suelen recurrir a la harina de arroz como sustituto del trigo. Pero, curiosamente, el arroz es conocido por acumular metales tóxicos como el arsénico o el mercurio entre otros, unas sustancias que suelen usarse en fertilizantes y acaban en el suelo o el agua de las plantaciones de arroz.
Por el momento no sabemos qué efectos puede tener para la salud un exceso de arroz en la dieta, pero María Argos y sus colegas de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Illinois en Chicago, analizando los datos de la National Health and Nutrition Examination Survey, sí han demostrado una relación entre la dieta sin gluten y un aumento de metales tóxicos como son el arsénico y el mercurio tanto en orina como en sangre.
Para demostrar tal hallazgo, analizaron a 73 voluntarios de entre 6 y 80 años del total de 7.471 que participaron en esta encuesta nacional, los cuales afirmaron haber llevado a cabo una dieta sin gluten entre 2009 y 2013.
En todos estos voluntarios se detectaron concentraciones aumentadas de arsénico en su orina, y de mercurio en su sangre, respecto a aquellos que no llevaban a cabo esta dieta sin gluten. De hecho, los niveles de arsénico eran casi el doble de aquellos que suelen detectarse en alguien que lleva a cabo una dieta normal; por su parte, el mercurio había aumentado un 70% más de lo habitual.
Inevitablemente, todos aquellos que sufren enfermedad celíaca deben seguir una dieta totalmente libre de gluten (de lo contrario las consecuencias serían fatales). El objetivo del estudio no es más que detectar algunos daños colaterales de este tipo de dieta, y de momento solo se ha encontrado una relación, no unas consecuencias. En otras palabras, sabemos que hay más mercurio y arsénico en el organismo humano si se evita consumir gluten, pero el estudio no ha podido demostrar qué efectos puede tener este aumento de sustancias tóxicas para la salud a largo plazo.
Los mismos investigadores responsables del estudio afirman que será necesario seguir investigando al respecto, centrándose precisamente en esas consecuencias a largo plazo. Y, si se demostrarse que el aumento de arsénico y mercurio en el organismo llega a un punto perjudicial, habría que plantear otras formas de llevar a cabo una dieta libre de gluten para aquellos que la necesiten.