Wladimir Alonso empezó a trabajar en el campo de la gripe por culpa de un laboratorio que funcionaba mal. Fue cuando hacía el doctorado en la Universidad de Oxford (Reino Unido) y decidió cambiar el estudio del mosquito tigre por el de modelos matemáticos de transmisión de enfermedades. En un área en la que se ha especializado después de una trayectoria que, como mínimo, se podría calificar de diversa. Además de haber estudiado ecología, comportamiento animal y evolución biológica, Alonso, brasileño, ha sido incluso profesor de español. ¿Se puede pedir más?
Alonso ha visitado la Fundación BBVA para hablar precisamente de las limitaciones de la modelización predictiva o, en otras palabras, lo que explica que muy probablemente la próxima pandemia vuelva a sorprendernos a pesar de todas las alarmas que ha habido con anterioridad, desde la famosa gripe A hasta la última alerta relativa al virus del Zika.
Usted ha estudiado mucho la gripe, tanto para los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) de EEUU como para otras entidades. ¿Qué es lo que más le llama la atención de esta enfermedad?
Cuando tienes la curiosidad científica es difícil encontrar algo aburrido, todo tiene su vuelta, sus misterios y sus cosas para descubrir. A pesar de que la gripe es una de las enfermedades más estudiadas en la actualidad, con centros coordinados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y con muchos países que mandan muestras, tenemos dudas tan básicas como que no sabemos por qué el virus circula en invierno. Hay algunas teorías, que el virus se mantiene más tiempo en el ambiente, otras dicen que tu cuerpo queda más afectado porque entra aire frío por las vías respiratorias y eso ofende a tu epitelio y eso permite la entrada de virus. Pero es una cosa interesante, una patología con tantos investigadores estudiándola y tantos millones de dólares gastados y todavía no sabemos algo tan básico como eso.
¿Y qué dudas quedan por resolver?
Por ejemplo, hay problemas con el número de muertes que se atribuye a la gripe al año, que la OMS cifra entre 250.000 y 500.000. Yo personalmente creo que es menor y hay factores interesantes al respecto, como que la gripe en las regiones tropicales no tiene el impacto que pensamos que tiene. Los problemas respiratorios o infecciones son muy graves. Pero tenemos dudas de la implicación del virus de la gripe en esos casos graves, hay muchos otros patógenos que circulan al mismo tiempo y tienen una estacionalidad parecida. Es interesante que cuando pones dinero para estudiar la gripe acabas estudiando a esos otros también. El de la gripe es uno entre varios y hay que mirarla con mucho cuidado, hay que vacunarse, sobre todo los más débiles, pero no es el único malo de la película. Uno de los problemas es que de la gripe te tienes que vacunar toda la vida y uno puede preguntarse cómo puede ser eso. Pues resulta que el virus va mutándose en sus proteínas externas de forma que se hace irreconocible a tu sistema inmunológico. Ese virus cuando va circulando va cogiendo mutaciones y cuando te lo encuentras te puede infectar nuevamente porque tu sistema no lo reconoce. Por eso todos los años tenemos que ver qué virus va a circular. Una vez que decides, los pones en la vacuna y puede ser que aciertes, pero puedes errar, es algo dinámico.
¿Algún descubrimiento llamativo?
Hay uno relacionado con la estacionalidad en los países tropicales y es que las vacunas en las regiones cerca del Ecuador en Brasil se administran en el momento equivocado. Allí vacunas siguiendo el invierno del sur del país y coincide que no es cuando circula la gripe. Vimos que lo que ocurre es que la gripe circula con la lluvia y gracias a esas investigaciones otros países hicieron estudios similares y demostramos que la vacunación no puede obedecer a la lógica del invierno del hemisferio donde está el país.
En 2009, la directora de la OMS Margaret Chan dijo que iba a morir mucha gente por la gripe A, pero murió menos que en la estación normal. ¿Qué cree que falló?
Yo creo que tenemos que cambiar la perspectiva. Estos fenómenos pueden ocurrir y no sabemos cuál va a ser la intensidad, tienes que tener una sociedad preparada para anticiparse. Intentamos hacer modelos de predicción, pero esto puede tener un aspecto negativo porque puedes fallar mucho y porque le estás dando a la población una información equivocada. En un primer momento cuando hay una amenaza biológica tienes que actuar con firmeza y severidad, tú no sabes lo que es aquello. Podía haber sido grave, los números de méxico apuntaban a que la mortalidad era muy alta, fue positivo que se reaccionara de la forma más agresiva, pero se tardó en hacer eso y cuando se hizo ya había pasado el momento en que teníamos pruebas de que era tan grave.
Se tomaron medidas sobre cuya eficacia hay que pensar. Si las vacunas tardan varias meses en desarrollarse no puedes pensar en ellas como la primera arma, hay otras más eficaces, educando a las personas en actitudes que ayudan a parar la transmisión del virus. También se tardó en dar los antivirales. Hay varias lecciones pero la principal no es una crítica a ésta o a aquélla, sino que la sociedad se tiene que preparar para lo desconocido. Si tú tienes mejores hospitales, también servirán para cuando haya una pandemia, igual con los móviles a los que les dura más la batería. Si tienes teleconsulta, podrás evitar que la gente que tengas que virus se mueva mucho. Hay medidas que pueden ser útiles para varias cosas y para el presente.
¿O sea que no hay que prepararse especialmente para una pandemia de gripe?
La gripe tenemos que saber que es una amenaza entre varias. Al no poder prever el futuro tenemos que intentar que los tomadores de decisiones entiendan que la mejor forma de prepararte es hacerlo para una gama grande de eventos. No sabemos si tendremos un conflicto social, o una sequía o una crisis económica. Si te preparas sólo para una te viene el mal por el otro lado. Si haces medidas que te pueden preparar para una gama más amplia es mejor, el futuro es impredecible.
En la mente de todos está la gripe de 1918 que, por cierto, se llama española injustamente...
Esto es una curiosidad histórica. España no participaba en la Gran Guerra y no había una censura como en los países en guerra, que procuraban no dar noticias que bajaran la moral; aquí se publicaban los problemas de la gripe y por eso se pensaba que venía de España, pero no la originamos nosotros.
Entonces, ¿no nos puede decir si habrá una nueva pandemia de gripe?
No podemos prever el futuro, pero una cosa es cierta, es trivial. Estamos expuestos a muchos patógenos que van a causarnos problemas, lo hemos visto con el Zika y la microcefalia, hemos visto el ébola, estamos teniendo que matar aves para contener el H5N1.. sabemos que varias cosas están ahí y nos pueden producir pandemias, epidemias, casos aislados o casos globales. Hay cosas que se pueden hacer con modelos, identificar las regiones con más peligros de que ese tipo de patógenos salten del medio natural al medio humano. Vamos a estar expuestos a nuevas amenazas. ¿Va a ser la gripe? No lo sé. Sería ventajoso para mí meter miedo porque parte de mi contrato viene de ahí [ríe], pero puede ser el SARS o una enfermedad transmitida por mosquitos, no lo sabemos. Es bueno poder reaccionar de forma rápida, inteligente y eficaz a una gama muy amplia de peligros biológicos. Pero ya que me que pongo a enumerar posibles amenazas, también tenemos la posibilidad de virus producidos por humanos o por descuido, cada vez va a ser más fácil sintetizar organismos, igual puedes programar, no está lejos el día en que podamos programar códigos genéticos. No sabemos de dónde pueden venir las amenazas, por eso tenemos que prepararnos para varias de ellas.