La vitamina D es uno de los micronutrientes más conocidos por una de sus particularidades: es necesario tomar el sol para sintetizar gran parte de él, pues la dieta no es suficiente. Por ello, todos los aspectos que tengan que ver con el sol y la forma de tomarlo son importantes, como por ejemplo los efectos de la protección solar.
Según una nueva investigación llevada a cabo por Kim Pfotenhauer y sus colaboradores del Universidad de Touro, en California, publicada en el Journal of the American Osteopathic Association, es posible que la protección solar tenga un punto en contra: causar falta de vitamina D.
La necesidad de vitamina D
La protección solar es imprescindible para disminuir el riesgo de diversas enfermedades de la piel, incluyendo el peligroso cáncer de piel o melanoma. Sin embargo, este nuevo trabajo sugiere que dicha protección puede tener como efecto colateral evitar la correcta síntesis de vitamina D, a pesar de que anteriormente se pensaba que esto era un mito.
Asimismo, la investigación también sugiere que algunas enfermedades crónicas, como la diabetes o la celiaquía, también contribuirían a producir esta falta de vitamina D que ya afecta a un millón de personas en todo el mundo.
La vitamina D es imprescindible en el organismo humano, ya que contribuye a una correcta salud ósea y forma parte del metabolismo del calcio, ayudando a absorber al mismo a nivel del intestino. Además, dicha vitamina también participa en otras funciones corporales, tales como la correcta función muscular y nerviosa, o a nivel del sistema inmune. La falta de vitamina D puede llegar a provocar pérdida de densidad ósea, lo cual llevaría a la osteoporosis e incluso a fracturas óseas.
Si bien algunos alimentos contienen vitamina D -como los pescados grasos, el hígado de ternera o algunos tipos de cereales-, las cantidades obtenidas por la dieta son insuficientes. Es necesario someterse a la exposición solar para poder sintetizar la vitamina, ya que el sol provoca que la piel produzca una sustancia precursora de la vitamina D, la cual al activarse acabará formando vitamina D3 tras pasar por el metabolismo del hígado y el riñón.
La protección solar y la vitamina D
Sin embargo, según esta nueva revisión, el uso de protección solar debería evitarse incluso a mediodía durante 30 minutos dos veces a la semana para mantener unos niveles normales de vitamina D -a pesar de que las recomendaciones actuales afirman que las horas comprendidas entre las 12:00h y las 16:00h del día son las más peligrosas en cuanto a tomar el sol se refiere-.
De hecho, los investigadores aseguran que la protección solar con un factor 15 puede llegar a reducir la producción de vitamina D3 hasta un 99%. Lo han hecho tras realizar una revisión de los estudios clínicos que analizaron la falta de vitamina D. Asimismo, también concluyen que patologías crónicas como la enfermedad de Crohn, la diabetes o la enfermedad renal crónica juegan un papel clave en la falta de esta vitamina en todo el mundo.
Finalmente, los investigadores también sugieren el uso de suplementos de vitamina D, los cuales evitarían el riesgo asociado a la exposición solar sin protección. Eso sí, recomiendan consultar a un profesional sanitario y jamás tomar suplementos por cuenta propia.