El médico Francisco Martín Peñalver, de la Clínica Neolife, resume en una anécdota el debate que hay en la actualidad sobre la longevidad del ser humano, después de distintos estudios que han intentado fijar el número de años que puede llegar a vivir una persona con los avances en la medicina. Cuenta el facultativo que a menudo sus pacientes le preguntan cuánto van a vivir y que, en ocasiones, él les contesta: "Va a usted a vivir mucho, pero se le va a hacer muy largo".
Lo ha contado en la mesa redonda Vivir más de 100 años. El camino de la longevidad, celebrada este martes en Madrid, con la participación de destacados expertos en la materia. La pregunta que le hacen los pacientes a Martín es la que se hace también mucha gente en su casa, pero quizás no sea la correcta. Para el consejero delegado de la Fundación Vidaplus, José Luis Mazuela, la respuesta es sí, pero requiere de una coletilla: "con una buena calidad de vida".
La investigadora de la Fundación CSIC Clara Parapar, autora de los informes Envejecimiento en Red, señala que es obvio que esto es así, ya que no hay más que mirar a nuestro alrededor para ver que nuestra edad actual no tiene nada que ver con la de hace varias décadas. "Los 60 son los nuevos 40", bromea.
Sin duda, la búsqueda de la calidad de vida tiene que ver con esta situación. Como comenta la nutricionista Elisa Blázquez, la alimentación juega un papel importante en este sentido. "Ante la cronicidad de las enfermedades, hay que intentar vivir lo mejor posible", señala y apunta a que ciencias emergentes como la nutrigenómica tienen aún mucho que decir en este campo.
Centrarse sólo en la cantidad de vida, en impulsar a la ciencia para que logremos vivir más, podría además dar lugar a situaciones no deseables, como subraya el sociólogo Juan Manuel García González, de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla. "Si llegamos a ser 9.000 millones de personas, veo una convivencia complicada", reflexiona el experto, que apunta a que sería necesaria una "redistribución de recursos" para esa hipotética situación, en la que no todos los países tendrían una misma esperanza de vida, como también sucede en la actualidad.
En la mesa redonda se puso de manifiesto cómo este asunto afecta a todas las disciplinas y cómo hay que tener especial cuidado con las estadísticas. Así, que se diga que el hombre va a poder llegar a determinada edad no quiere decir que todos lo consigamos.
En cualquier caso, todos los especialistas coincidieron en que no preocupa tanto el límite de la edad como las condiciones. Se trata, por ejemplo, de determinar exactamente cuándo empieza el proceso de envejecimiento, saber si se puede retrasar la senectud y, en caso de no poder, si quizás fuera posible aminorar el ritmo. Es algo sobre lo que la ciencia, y no sólo la médica, tiene mucho que decir.