La gonorrea suena a enfermedad antigua, y lo hace con razón. Las primeras descripciones de la patología datan de papiros egipcios y el médico griego Hipócrates fue el primero en dibujar la infección, en el año 130 dC, para lo que diseccionó la uretra de los hombres afectados y vio que había estrechez en el conducto, alteraciones en el tejido epitelial y secreciones o pus.
Sin embargo, la gonorrea será la protagonista de un importante congreso médico, el de la Sociedad Internacional para la Investigación de las Enfermedades de Transmisión Sexual (ISSTDR) y la Unión Internacional contra las Infecciones Transmitidas Sexualmente (IUSTI), que se celebrará a partir del domingo en Río de Janeiro.
Para calentar motores, este viernes se han publicado dos estudios que, además de aportar importantes datos epidemiológicos sobre la gonorrea, alertan del problema que se viene encima: el importante aumento de las bacterias que provocan esta enfermedad y que resisten a la acción de los antibióticos conocidos.
El primero de los trabajos analiza la situación de la Neisseria gonorrhoeae, el organismo causante de la gonococia o gonorrea. Se confirma que cada vez es más resistente a los antibióticos y en España -aunque la situación no es tan preocupante como en otros países del entorno- también se da el fenómeno. En 2012, un estudio publicado en el Journal of Antimicrobial Chemotherapy, hablaba de dos especímenes de la bacteria con el máximo nivel de resistencia a estos fármacos localizados en Cataluña.
Según explica a EL ESPAÑOL el presidente del Grupo de Estudio en Infecciones de Transmisión Sexual (GEITS) de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), Fernando Vázquez, además del aumento de las resistencias a los expertos les preocupa el aumento de la incidencia de la enfermedad, especialmente en hombres que tienen sexo con hombres (HSH), que concentran el 50% de los casos. En 2014 se registraron 4.562 casos, frente a los 3.042 casos de sólo dos años antes.
El problema, señala Vázquez, son los nuevos hogares escogidos por el microbio para vivir: tanto la garganta como la saliva. Allí hay muchas infecciones "sin clínica", es decir, que no dan síntomas. Por esta razón, al practicar el sexo oral se transmiten con facilidad. "El preservativo previene la transmisión, pero la gente no lo utiliza para el sexo oral", reflexiona el facultativo.
Con respecto a las resistencias, Vázquez apunta a que sólo hay una familia que siga siendo útil para la bacteria causante de la gonorrea, las cefalosporinas. Como indican los dos estudios publicados hoy -y firmados por la Organización Mundial de la Salud (OMS)-, la resistencia a uno de los dos principales fármacos de esta familia, la cefixina, se ha declarado en 50 países, incluyendo España. "Hay alrededor de un 10% de bacterias resistentes", apunta el médico.
Ante esta situación, según alerta la OMS y confirma el médico español, el panorama no es muy alentador. Sólo hay tres fármacos en lista de espera para su aprobación como alternativa y todos están aún en distintas fases de investigación. La prevención es, por lo tanto, lo más sensato.
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