Los expertos en sexología se han cansado de repetir que el orgasmo no es lo más importante en las relaciones sexuales. Que, como dice Jorge Drexler en una de sus canciones, hay que "amar la trama más que el desenlace". Sin embargo, la realidad es que la mayoría de parejas desean con ansia alcanzar el éxtasis por encima de casi cualquier cosa. Y, lo que es peor, para muchas de ellas se ha convertido en un auténtico quebradero de cabeza.
Lo cierto es que si te pones a echar cuentas, son ellas las que más a menudo salen perdiendo en cuestión de orgasmos. Rara vez les pasa a ellos. Y la cosa, seguramente, poco o nada tenga que ver con la potencia sexual o con el aguante en la cama. Es más bien fruto de la poca comunicación o, directamente, del desconocimiento. De toda una serie de mitos extendidos alrededor del orgasmo femenino que están mandando al traste tus relaciones de pareja.
No, no todo es la penetración
Es de primero de Sexología. Se ha repetido hasta la saciedad. Pero aún hay quien todavía no se han enterado: son muy pocas las mujeres que llegan al orgasmo sólo con el coito. ¿Por qué? Porque en la mayoría de las posturas sexuales tradicionales no se estimula el clítoris, esa parte de la anatomía femenina clave para que ellas alcancen el éxtasis.
Así, resultan de una importancia clave los preliminares. Los hombres son capaces de excitarse en un visto y no visto. Sin embargo, las mujeres necesitan más tiempo. Las zonas erógenas de la mujer van mucho más allá de la vagina o el clítoris. Sin embargo, no todas ellas responden de la misma forma a los estímulos. Según un estudio publicado por la revista Journal of Sexual Medicine, los labios, el cuello, el pecho o la zona interna de los muslos son zonas de alto poder sensitivo.
Al menos, siete tipos de orgasmos
Los expertos han conseguido detectar al menos siete tipo de orgasmos femeninos: desde el orgasmo vaginal al clitoridiano pasando por los que algunas mujeres alcanzan gracias a las caricias en sus senos. Así lo afirma un artículo publicado por la revista Science of Relationship, donde se apunta que algunas mujeres son capaces de alcanzar el orgasmo a través de caricias en los pechos y en los pezones.
"La estimulación de los pezones activa un área del cerebro conocida como la corteza sensitiva genital. Ésta es la misma región que se activa al tocar el clítoris, la vagina y el cuello uterino, lo que significa que el cerebro de las mujeres parece procesar la estimulación de los pezones y de la zona genital femenina de la misma manera", aseguran los expertos.
Ellas disfrutan más tiempo (cuando llegan)
Alcanzarlo puede ser una tarea complicada, pero la realidad es que una vez que llegan al orgasmo, el éxtasis de las mujeres es más prolongado. ¿De cuánto tiempo hablamos? Pues hay estudios para todos los gustos, pero mientras que el masculino es un visto y no visto (entre tres y 10 segundos), las mujeres suelen doblar habitualmente el tiempo máximo de los hombres y es más o menos común que sobrepasen los 20 segundos.
El punto G, ¿mito o realidad?
La zona del placer femenino por excelencia fue bautizada así en honor al ginecólogo alemán que aseguró haberla descubierto en la década de los 50, Ernst Gräfenberg. Sin embargo, la realidad es que nunca nadie ha conseguido localizar exactamente este mítico lugar. De hecho, un estudio publicado por científicos italianos en la revista Nature Reviews of Urology en 2014 afirmó que esta diana del placer no existía.
Los científicos aseguraban que la cúspide del placer se alcanza gracias a la estimulación simultánea de lo que ellos mismos denominaron como CUV. Es decir, el clítoris, la uretra y la pared vaginal. "Sabemos que es algo mucho más complejo que un punto fantasmagórico, aunque esto no acabará con el debate", aseguró en 2014 Emmanuele A. Jannini, autor principal del trabajo.
Y qué hay del 'squirting'
Espoleado por la industria del porno, el squirting se ha popularizado sobremanera en los últimos tiempos. La expulsión a chorro de masivas cantidades de líquido durante el orgasmo femenino es todavía un misterio por resolver ya que, por ejemplo, se desconoce aún cuál es el mecanismo de expulsión del líquido, tal y como ya contamos en EL ESPAÑOL.
Sin embargo, lo que sí parece haber quedado claro es que se considera otro tipo de eyaculación femenina. Una eyaculación a chorro y mucho menos frecuente que, de hecho, la mayoría de mujeres no ha experimentado nunca. Según un artículo publicado en 2011 en el Journal of Sexual Medicine, este líquido tan abundante contiene urea, ácido úrico y creatinina, sustancias todas ellas que se encuentran diluidas en la orina.