A finales de 2016, los datos registrados por investigadores de todo el mundo afirmaban que dicho año habría sido el de mayor temperatura media jamás registrado, a lo cual se asociaría posteriormente el dato de la pérdida de hielo planetaria total, cifrada en 3,76 millones de kilómetros cuadrados (más superficie que lo que mide el subcontinente de la India).
Durante el actual verano de 2017 al menos en España, se han producido olas de calor que podrían indicar un nuevo pico en los registros. Sin embargo, será necesario esperar a finales de año para confirmar dicho aumento de temperatura media global.
Ahora bien, ¿por qué sufrir una ola de calor provoca sensación de fatiga al organismo humano? ¿por qué el calor llega incluso a producir sensación de somnolencia? Según afirma la Michele Casey, directora médica de Duke Health -una entidad que incluye la facultad de Medicina de la Universidad de Duke y su centro hospitalario- al portal LiveScience, la razón es simple: el cuerpo humano se agota intentando mantenerse fresco.
Por qué el calor nos cansa
Según Casey, el organismo humano trabaja sin descanso para mantener una temperatura corporal homogénea y constante para que todos los procesos corporales se lleven a cabo sin problemas. Frente a una temperatura externa elevada, dicho trabajo aumenta, ya que el organismo consume más recursos para mantener la temperatura interna.
Durante un día de exceso de calor, el cuerpo produce varios ajustes para mantener la temperatura: los vasos sanguíneos se dilatan -vasodilatación- con el objetivo de hacer fluir más sangre en la superficie externa corporal y "refrescar" el cuerpo; así, la sangre caliente se enfría, liberando calor cerca de la piel. De hecho, este proceso es el que explica por qué algunas personas se sonrojan cuando sienten calor.
Por otro lado, el cuerpo humano también aumenta la sudoración corporal, el cual enfría la piel tras evaporarse. Sin embargo, según Casey, durante todo este proceso y debido al exceso de trabajo extra por el calor, el organismo humano también aumenta su ritmo cardíaco y su tasa metabólica -número de calorías quemadas para funcionar-, con el mero objetivo de sobrevivir.
En consecuencia, es precisamente el aumento del ritmo cardíaco y de la tasa metabólica lo que hace que el organismo sienta fatiga y somnolencia. A esto hay que añadir, además, el hecho de que normalmente la mayoría de las personas suele sufrir una leve deshidratación, la cual empeora con el calor y la sudoración añadida; y precisamente uno de los síntomas clave de una deshidratación es la fatiga corporal.
Asimismo, la doctora Casey también menciona los daños provocados por la deshidratación en la piel -cambios de pigmentación, arrugas, quemaduras- los cuales deben ser reparados, y también conllevan un esfuerzo corporal extra.
Qué hacer frente a la fatiga por calor
Aunque la publicidad suele bombardearnos afirmando que la mejor medicina contra el calor es una bebida fría -comúnmente una bebida alcohólica, como la cerveza-, la realidad es que la toma de alcohol puede fomentar la deshidratación, ya que es una sustancia diurética y aumentará el proceso.
Por su lado, el café no es diurético, por lo que no causa deshidratación como se suele creer. Sin embargo, Casey aconseja la toma de agua contra la deshidratación, añadiendo un aperitivo salado -para contrarrestar la pérdida de sodio-.
Entre los síntomas de fatiga por calor que menciona la especialista, están: exceso de sudor, aumento drástico del ritmo cardíaco y sensación de desmayo o somnolencia. Si dichos síntomas no mejoran tras una hora de consumir líquido, estando a la sombra, es aconsejable acudir a un médico, pues el golpe de calor es una situación grave que puede llegar incluso a ser mortal.