Aunque son más prolíficas en las épocas de calor, no es raro encontrar moscas revoloteando a nuestro alrededor e intentando posarse sobre nuestra comida. La sabiduría popular dice que, más allá de la molestia y la repugnancia que provocan, no son dañinas. Pero un reciente estudio mantiene que habría algo más de lo que preocuparse.
Según los resultados del trabajo publicado en Scientific Reports, las moscas transportarían bacterias mucho más peligrosas de lo que se pensaba con anterioridad. Al entrar en contacto con la comida, podrían estar contaminándola.
Los resultados obtenidos por los investigadores de la Facultad de Ciencias Eberly de la Universidad Estatal de Pensilvania arrojan que las moscas domésticas son portadoras de bacterias tales como la salmonella, E-coli o el Helicobacter pylori, este último relacionado con las úlceras de estómago. Por ello, aseguran que los funcionarios responsables de la salud pública habrían pasado por alto esta fuente potencial de enfermedades.
Además, según sus hallazgos, las moscas que habitan las áreas urbanas o ciudades portarían más bacterias que aquellas que viven en el campo, por lo que sería más recomendable realizar picnics en el campo antes que ir a un parque de una ciudad.
Según comenta Donald Bryant, profesor de biotecnología, si bien es cierto que anteriormente ya se sospechaba que las moscas eran un potencial transporte de microorganismos, no se había estudiado tan a fondo el grado de peligrosidad que podrían implicar.
Basta un toque de sus patitas
Para llevar a cabo estos hallazgos, los investigadores usaron técnicas de secuenciación de ADN para estudiar todas las potenciales bacterias que estos insectos son capaces de transportar. El estudio se centró en dos tipos de moscas, la Musca domestica (mosca común) y la Chrysomya megacephala (mosca azul).
La primera de ambas, la mosca común, habita en todo el planeta y puede ser portadora de 351 tipos de bacterias diferentes. Por su parte, la mosca azul, que tan solo habita climas cálidos, es capaz de transportar a 316 tipos de bacterias. De hecho, muchas de las bacterias estudiadas se encontraban tanto en uno como en el otro tipo de mosca.
Según refieren los investigadores, probablemente las moscas recogen estas bacterias tras posarse en heces y materia orgánica en descomposición, ya que se encontraron microorganismos tanto en su cuerpo como en sus alas y patas. De hecho, se detectaron hasta 15 cepas o tipos de Helicobacter pylori en las moscas azules, el microorganismo que ha demostrado causar la gran mayoría de las úlceras de estómago en humanos.
Según el Dr. Stephan Schuster, director de investigación de la Universidad Tecnológica de Nanyang (Singapur), las patas serían precisamente la zona que mayor número de microorganismos transporta. Esto significaría que, incluso con un breve paso por encima de cualquier comida, podrían depositar gran parte de las bacterias que llevan consigo. Shuster afirma que las bacterias serían perfectamente capaces de sobrevivir al transporte y crecer y distribuirse en nuevas superficies, algo demostrado también por este estudio.
Por otro lado, también afirma que las moscas podrían tener sus usos beneficiosos, tales como "drones biológicos". Los investigadores han pensado, por ejemplo, en usar las moscas como exploradores en espacios pequeños y grietas; posteriormente, cuando vuelven a ser capturadas, se podría investigar si han recogido algún tipo de microorganismo en la zona donde han sido liberadas.
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