Tomar una taza de té caliente al día reduce significativamente el riesgo de padecer glaucoma, una grave patología ocular que puede terminar en ceguera y que afecta a 57,5 millones de personas en todo el mundo, aunque se espera que los casos hayan aumentado a 65,5 millones para 2020. Así lo determina un estudio publicado en la revista British Journal of Ophthalmology.
El glaucoma provoca un aumento de la presión del fluido intraocular que daña el nervio óptico y termina por inutilizarlo. Partiendo de estudios previos que indicaban un potencial efecto benéfico de la cafeína a la hora de aliviar esta presión, los investigadores de la David Geffen School of Medicine de la Universidad de California se propusieron contrastar los efectos preventivos en bebidas tanto descafeinadas como con cafeína.
El equipo de la doctora Anne Coleman recurrió a los datos del National Health and Nutrition Examination Survey (NHANES) de 2005 - 2006, un estudio sanitario anual que realiza Estados Unidos sobre 10.000 individuos elegidos según criterios demográficos. En esa edición concreta se realizaron pruebas de enfermedades oftalmológicas y en concreto de glaucoma, determinando que 84 adultos lo habían desarrollado.
Se les entregó a continuación un cuestionario para que respondieses sobre sus hábitos de consumo de bebidas con o sin cafeína en los últimos doce meses, incluyendo refrescos y té helado. Los sujetos que tomaron un té caliente diario demostraron un menor riesgo de padecer glaucoma, que tras tener en cuenta factores como el tabaquismo y la diabetes, se estimó en aproximadamente un 75% menos.
Este efecto protector no se comprobó entre consumidores habituales de café, descafeinado o no, té helado o refrescos. Aunque se trata de un estudio observacional, los investigadores aventuran que puede deberse a los componentes antioxidantes y antiinflamatorios del té consumido en caliente, que podrían inhibir el desarrollo del glaucoma del mismo modo que protegen contra las enfermedades cardiovasculares, el cáncer y la diabetes.