Cuando la quemadura del Sol te taladra un agujero en la cabeza
Es lo que le ocurrió a un ciudadano de Texas, que salió a la calle después de afeitarse la cabeza y sin protección solar.
16 diciembre, 2017 17:12Noticias relacionadas
- Salva la vida de su hermano gemelo trasplantándole la mitad de su piel
- La joven italiana que suda sangre de verdad y no es una santa
- Así puede el veneno de hormiga de fuego acabar con la psoriasis
- Así se puede blanquear la piel, pero no con el gel de Dove
- Las arrugas se curan desde dentro: seis cosas que no sabías sobre la piel
- Cuatro falsos mitos y una única solución para la celulitis
Más allá de la típica piel de gamba, las quemaduras solares pueden generar todo tipo de lesiones, incluso algunas de lo más peculiares. Así ha podido comprobarlo Cade Huckabay, un ciudadano tejano que recientemente publicó en su cuenta de Twitter unas fotos en las que podía verse una quemadura en forma de agujero que había aparecido en su frente después de que se expusiera al sol con la cabeza recién afeitada.
Las quemaduras solares son el resultado de la exposición de la piel a las radiaciones ultravioleta del Sol. Aunque hay muchos tipos, las dos principales responsable de estas lesiones son las UVA y las UVB, causantes del envejecimiento y las quemaduras de la piel, respectivamente.
Además, generan daños en el ADN, dando lugar a la inflamación y la muerte de las células y a un ensanchamiento de los vasos sanguíneos que termina generando la típica coloración rojiza de quienes se pasan tomando el Sol. La inflamación fue tal en el caso de Huckabay que la piel se hundió, dando lugar a una especie de agujero que se mantuvo fijo en su frente durante media hora, dejando paso a más de una semana de intenso dolor.
One time I shaved my head, got severely sunburned, & swelled up just a little bit :-) pic.twitter.com/9FWw3jcdYf
— Cade Huckabay (@CadeHuckabay) 5 de diciembre de 2017
La razón de este efecto exagerado, que ha sorprendido a médicos especializados, fue precisamente el reciente afeitado de su cabeza, ya que la piel que normalmente se encontraba cubierta por el pelo de repente quedaba expuesta al Sol, mostrando una mayor sensibilidad que la de otras zonas del cuerpo.
Sea como fuere, si este hombre hubiese recurrido a la protección solar habría evitado este problema que va mucho más allá de lo estético, aumentando las posibilidades de contraer en el futuro un cáncer de piel. Una imagen vale más que mil palabras y la de Huckabay es un claro ejemplo de los estragos que pueden generar estas radiaciones a su paso. Mejor prevenir que curar.