Durante las actuales festividades navideñas, o tras cualquier evento donde el exceso de consumo de alcohol corra a sus anchas, no es raro plantearse qué terrible sensación podrá producirse al día siguiente: la resaca.
A día de hoy, aunque los estudios han avanzado en su conocimiento sobre esta situación producida por un consumo excesivo de alcohol, la realidad es que en la cultura general aún permanecen diversos mitos sobre la resaca de forma muy arraigada.
No, la resaca no se produce por deshidratación
Aunque la deshidratación sí participa en la producción de la resaca como tal, debido al gran efecto diurético del alcohol, el cual se multiplica debido a su consumo excesivo, no es ni la causa principal ni el origen del cuadro clínico. Como mucho, es posible relacionar la deshidratación con algunos de los síntomas de la resaca tales como la sed, la sensación de "boca pastosa", la halitosis y posiblemente el dolor de cabeza, pero nada más.
Hasta ahora se han relacionado algunos de sus síntomas con diversos procesos a nivel corporal. Por ejemplo, la fatiga podría deberse a una disminución de azúcar en sangre, ya que el alcohol provoca una alteración aguda del metabolismo del hígado; por otro lado, el dolor de estómago y la posible diarrea asociada a la resaca se deberían a la irritación de la mucosa gastrointestinal provocada por el intento de absorción del alcohol, una irritación que puede empeorar según la graduación del alcohol.
Finalmente, la misma alteración del metabolismo del hígado, el cual funciona como un "filtro" de las sustancias consumidas a nivel del tracto gastrointestinal, podría dar lugar a la liberación de moléculas mal o poco procesadas a la sangre, las cuales darían lugar a los síntomas típicos de la resaca.
No, el café no acaba con la resaca
Aunque durante mucho tiempo se ha pensado que la toma de café puede mejorar la resaca, la realidad es que los estudios no han podido confirmarlo. De hecho, lo que se sabe actualmente es que la cafeína del café "engaña al cerebro", haciéndole pensar que se produce un aumento de atención y una disminución de la alteración cognitiva ligada a la borrachera y a la resaca, pero se trata de una falacia.
El café no puede disminuir realmente la fatiga ni acelerar la recuperación de la resaca, tan solo otorga una sensación de bienestar falsa, sin más.
El alcohol no mata neuronas, pero sí las lesiona
Otro de los mitos asociados a la toma excesiva de alcohol, la consiguiente embriaguez y la resaca posterior es que, debido a los síntomas cognitivos sufridos, el alcohol podría causar la muerte de cierto número de neuronas debido al exceso de su consumo.
Esto es una verdad a medias, ya que el alcohol no es capaz de matar neuronas de un día para otro, por lo que las faltas de memoria asociadas a la embriaguez no se deben a este asesinato neuronal, sino más bien a un mal funcionamiento del sistema nervioso y su fijación de recuerdos.
Lo que sí se sabe es que el alcohol puede lesionar sinapsis o conexiones neuronales cada vez que se producen excesos. Asimismo, a largo plazo, la toma excesiva de alcohol sí aumenta el riesgo de sufrir patplogías neurodegenerativas como la enfermedad de Alzheimer, entre otras.
No, comer más grasas no previene la resaca
No son pocos los que, ante un más que posible exceso futuro con el alcohol, intentan sin éxito consumir alimentos que ralenticen la digestión con el objetivo de disminuir la absorción del alcohol y por tanto evitar la resaca. Dichos alimentos suelen ser ricos en proteínas y grasas.
Sin embargo, como publicó hace un tiempo la cadena de noticias inglesa BBC, un estudio canadiense desdeñó la idea: sí, estos alimentos disminuyen la absorción del alcohol, pero no es suficiente para evitar la resaca.
Beber agua durante la resaca no es la solución
En relación con el punto anterior, beber cualquier otra cosa junto al alcohol no impedirá la absorción de el mismo, ni tampoco tendrá suficiente potencial para evitar el resto de síntomas -ni siquiera la deshidratación-.
Como ya hemos comentado, la deshidratación puede tener cierta relación con algunos de los síntomas de la resaca, pero no es ni el origen de la misma ni la causa principal de dichos síntomas. Solo existe una pequeña relación agravante, sin más, por lo que intentar beber más agua durante la embriaguez o el día siguiente ni evitará la resaca ni reducirá sus síntomas.
No, una copa al día siguiente no soluciona la resaca
Otro de los mitos excesivamente extendidos sobre la resaca es que beber una copa al día siguiente evita la resaca o, al menos, la mejora, ya que evitaría el supuesto síndrome de abstinencia que da lugar a la resaca. Pensando con cierta lógica, tomar una copa más ayudaría a evitar dicho síndrome, ¿no?
La respuesta es no, pues el síndrome de abstinencia es mucho más complejo que una borrachera de un solo día. Implica una temporada de toma de alcohol continua, provocando tolerancia -el organismo requiere más alcohol para sufrir las mismas sensaciones- y dependencia -el organismo necesita consumir alcohol-; una sola noche no es suficiente para desencadenar todo este completo cuadro clínico.
Lo que sucede, si se toma una copa más, es alargar más si cabe la resaca. Y, además, el estomago sufrirá más si cabe con dicha "última toma".
No, no existe ninguna solución conocida contra la resaca
Aunque han sido muchos los intentos por lograr un "milagro antiresaca", la realidad es que a día de hoy la única forma de prevenir la resaca es no beber alcohol, sin más.
Algunas investigaciones afirman que determinados alimentos pueden colaborar en mejorar el proceso, pero los resultados son poco significativos. Algunas empresas han intentado desarrollar "parches antirresaca" o "bebidas antirresaca", pero por el momento no son una opción viable.
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