Según la Organización Mundial de la Salud, los partos naturales de cualquier país del mundo deberían rondar el 85-90%, lo cual significa que las cesáreas no deberían superar el 10% restante, siempre realizándose cuando sea necesario bajo criterio médico.
Sin embargo, precisamente España peca de un sobreuso de dichas cesáreas, llegando a superar el 25% en algunas comunidades autónomas según datos del Ministerio de Sanidad.
Ahora, según se hace eco el medio anglosajón The Telegraph, un grupo de investigadores británicos afirma que existe una forma de potenciar las posibilidades del parto natural y poder evitar así las cesáreas -las cuales también rozan el 25% en Reino Unido-: dar bicarbonato de sodio a las embarazadas.
Bicarbonato, un remedio natural
Según los investigadores, dirigidos por Susan Wray de la Universidad de Liverpool, este compuesto químico ampliamente administrable en forma de bebida, podría rectificar la acidez alrededor del vientre materno y reducir significativamente el número de mujeres que llegan a someterse a cesáreas de emergencia.
Actualmente, con el objetivo de potencial el parto vaginal, se suele dar oxitocina con el objetivo de potencial las contracciones maternas. Sin embargo, esta hormona falla en la mitad de las pacientes tratadas, dejando a muchas de ellas abocadas a una cesárea como última opción.
En anteriores investigaciones ya se habría relacionado la acidez del vientre materno con la falta de progreso en el trabajo del parto. Por ello, este grupo de investigadores de la Universidad de Liverpool en conjunto con científicos del Instituto Karolinska de Suecia probaron a dar bicarbonato junto a oxitocina a 100 mujeres que experimentaban dificultades en el trabajo del parto.
Otro grupo control, también de 100 mujeres, recibió solo oxitocina.
Según los resultados del trabajo, publicado en el Journal of Maternal-Fetal & Neonatal Medicine, dar bicarbonato junto a oxitocina aumentó el número de mujeres que lograron un parto vaginal hasta un 17%.
Según Wray, este tratamiento simple, efectivo y barato tendría un gran potencial en los países menos desarrollados, donde existen menos medios y más dificultades, lo cual implica un aumento del riesgo tanto para las madres como para los bebés.