Así es el análisis de sangre que mide el impacto de los traumatismos craneales
Los traumatismos craneoencefálicos pueden producir desde leves conmociones cerebrales hasta graves hemorragias internas y hasta ahora su impacto se media con pruebas de imagen. EEUU aprueba un método mucho menos invasivo.
23 febrero, 2018 04:30Noticias relacionadas
Cuando se produce un golpe en la cabeza o traumatismo craneoencefálico, los efectos sobre el cerebro pueden ser una leve conmoción cerebral sin mayores consecuencias, hasta llegar a graves complicaciones, como el caso de la coágulo cerebral que sufrió el pasado año 2017 Angel Nieto.
Frente a dicha situación médica, dependiendo de la gravedad de los síntomas experimentados, se suelen realizar de forma relativamente cotidiana pruebas de neuroimagen cerebral de urgencia, como la tomografía computerizada o TAC, una prueba que conlleva el uso de gran cantidad de radiación.
Con el objetivo de reducir el uso de este tipo de pruebas, la Foods & Drugs Administration -FDA- de los Estados Unidos ha emitido recientemente un comunicado anunciando la comercialización de un análisis de sangre capaz de discernir entre las lesiones cerebrales causadas por un traumatismo craneal, pudiendo así evitar en múltiples ocasiones la realización de pruebas como el TAC.
Un análisis cerebral frente a los traumatismos craneales
Según refiere la FDA, normalmente y ante la sospecha de una lesión craneal se usa la conocida como escala del coma de Glasgow, con 15 puntos que evaluarían la conciencia del individuo afectado. Seguidamente, se suele realizar la tomografía computerizada o TAC para descartar posible daño cerebral o lesiones intracraneales. Sin embargo, en la mayoría de los casos de conmoción cerebral leve, no existen lesiones detectables.
Por ello, la disponibilidad de un análisis de sangre frente a una conmoción cerebral podría ayudar a determinar si es necesario o no el uso de un TAC en pacientes con sospecha de lesión cerebral, evitando asimismo el sobreuso de este tipo de prueba de forma innecesaria, y por tanto la gran cantidad de radiación acomopañante a la misma.
Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades -CDC- de Estados Unidos, solo en el año 2013 en el país norteamericano se registraron 2,8 millones de consultas de urgencias relacionadas con un traumatismo craneal. De todos estos casos, las lesiones cerebrales contribuyeron a la muerte de casi 50.000 personas, a causa de golpes directos o sacudidas del craneo, incluyendo lesiones craneales penetrantes con objetos contundentes.
Asimismo, destaca el hecho de que la gravedad de un traumatismo craneal es muy variable, y hasta el 75% de ellos son conmociones cerebrales leves sin complicaciones posteriores, todos ellos con un TAC negativo.
En el caso de poder disponer de un análisis sanguíneo previo al uso de una tomografía computerizada cerebral evitaría realizar esta prueba en gran parte de los casos, según la FDA, la cual ha colaborado con el Departamento de Defensa de los Estados Unidos para poder evaluar la efectividad de este nuevo test sanguíneo y acelerar su proceso de comercialización.
Qué analiza el nuevo test sanguíneo
Según el comunicado de la FDA, este nuevo análisis de sangre sería capaz de medir los niveles de un tipo de proteínas denominadas UCH-L1 y GFAP, las cuales se liberan desde el tejido cerebral hacia la sangre durante las primeras 12 horas tras una lesión cerebral. Según su elevación inicial, un traumatismo craneal puede clasificarse como una conmoción cerebral leve o predecir si habrá potenciales complicaciones, incluyendo si existen lesiones cerebrales visibles mediante el uso de un TAC o no. Por el momento, este análisis tarda entre 3 y 4 horas en dar resultados.
Para poder aceptar este tipo de prueba, la FDA evaluó los datos de un estudio clínico multicéntrico prospectivo con 1.947 muestras de sangre de adultos que habían sufrido un traumatismo craneal. Se comparó el rendimiento del análisis de sangre respecto a las exploraciones con imagen de TAC.
Según sus conclusiones, el indicador sanguíneo fue capaz de predecir la presencia de lesiones intracraneales en el TAC con un 97,5% de sensibilidad, y también fue capaz de predecir que no existirían lesiones intracraneales con una especificidad del 99,6%. Esto, en términos estadísticos, significa que es una prueba con un elevado potencial para predecir tanto la necesidad como la falta de ella de realizar más pruebas tras el análisis.